Aventuras y desventuras de un periodista de esto de los marcianitos

Relato de ficción inspirado en algo parecido a la realidad

Me llamo Ricardo Farinela, Richard para los amigos y para los que me tienen confianza. Me dedico a malvivir comentando videojuegos para unas cuantas revistas y diarios de estos gratuitos que reparten en cualquier esquina de Madriz. Al principio me encantaba que me pagaran la miseria que me pagan por hacer algo que me encanta, jugar a videojuegos. Supongo que mi curro debe ser el sueño más húmedo de la mitad de los adolescentes de este país, pero el problema está en que yo ya he sobrepasado la treintena, sigo viviendo de alquiler y mis perspectivas de mejorar mi situación no son precisamente halagueñas. Dejé la carrera a medias, sólo he currado en Centro Mails y Corte Ingleses y no tengo ningún colega o conocido que me pueda enchufar en ningún sitio donde pueda mejorar mi situación profesional. Pero bueno, supongo que podría ser peor. O eso dice el telediario.

Si lo pienso detenidamente la cosa no está tan mal. En los saraos a los que las compañías te invitan día sí dia también te puedes poner tibio de alcohol, canapés, ferreros rochés y te echas unas risas poniendo a parir hasta al último mono de las demás revistas. Que si Raquel, la nueva relaciones públicas, es tonta del bote pero está más cañón que todos los de Navarone juntos y es más fácil de engañar que un chino, que si Enrique tiene más ramalazo que el Boris, que si Danielito se mete hasta la pasta de dientes, vamos, los mismos cotilleos de siempre pero que con el puntito de los cubatas recobran toda su gracia y esplendor. Seguro que yo mismo soy el centro de algunas de estas historietas, pero no me quita el sueño: ya me puedo imaginar qué es lo que explican de mí.

Dicen que las estrellas saben entrar en las fiestas llamando la atención: llegando las últimas, vistiendo el último modelito de tal modisto, luciendo las joyas más llamativas… Yo soy especialista en llamar la atención abandonando los saraos, en alguna ocasión ayudado por una o dos almas caritativas que están tan preocupados en que no me caiga al suelo desplomado que muchas veces no tienen tiempo de evitar que les vomite encima. No es nada personal, muchos ya saben a lo que se arriesgan; esos son los que guardan más las distancias. No les culpo en absoluto.Por eso los que me sacan de las fiestas suelen ser los porteros de turno. Las azafatas se guardan mucho de relacionarse con los quemadillos de turno que acuden a estas fiestecitas y mucho menos de ayudar a los que no saben beber. O a los que saben demasiado.

Pero no todo es beber y jugar, claro. Cada día tengo que escribir sobre los juegos que me envían las distribuidoras y analizarlos. Bueno, en algunos casos. En otros, la mayoría, la distribuidora me lo pone más fácil y me hace entender el tono sobre el que tengo que escribir mis textos. Vamos, que me hace un favor. Así no tengo que preocuparme muchas veces ni en jugarlo, porque ya me han dicho lo que tengo que decir. Echar mano de la lírica y de las frases más socorridas estilo «cumple su propósito a la perfección», «obra maestra», «jugabilidad a prueba de bombas» y voilá, ya tienes otro texto, que por supuesto puedes colocar en varias revistas y diarios simultáneamente haciendo los pertinentes cambios.

Esa es, más o menos, la rutina de cada día, vamos. Visitas a padres, vacaciones puntuales, viajecitos pagados y a cobrar otra vez la nómina. Nada excitante, pero bueno, como ya he dicho, podría ser bastante peor. No me quejo, juegos gratis y suficiente dinero para pagar el alquiler y, eso sí, poco más. Bueno, y mis amigos, claro.

Continuará…

(si

3

personas mínimo dejan su comentario)

  1. Pues si no fuese por el tono del articulo (y por la duda que geneera el no saber ese sueldo presuntamente pauperrimo) no me pareceria para nada una mala vida….Te lo dice un chaval de 25 primaveras que curra de lunes a domingo y sigue en casa de sus padres con pocas perspectivas de ver mas mundo que sus 4 paredes…. a añadir que con estudios superiores y masters y especializaciones varias….
    Tambien debo añadir que, dada mi condicion de autentico fanatico de los videojuegos, estuve una temporada currando de "critico" (o como se le quiera llamar) para una publicacion gratuita cuyo sueldo me daba para panchitos y poco mas. Pero debido a la gracia del medio los acompañaba con juegos gratis, invitaciones a eventos interesantes (nunca mas lejos de bollullos de la mitacion),… y nunca me parecio una mala vida pese a lo poco que ganaba.
    En todo caso la continuacion del articulo ya, que siempre es interesante saber mas del lado profesional del videojuego

  2. Pingback: Aventuras y desventuras de un periodista de ésto de los marcianitos 2: Nota Mental at Akihabara Blues Magazine

  3. Me ha gustado el relato, lo he leído después de leer la continuación xDD Pero ya estoy deseoso (¿existe este palabro? xD) de leer el siguiente.
     
    (Nota mental: este pavo se pasa más tiempo hablando de fiestas y de alcohol que de videojuegos).

  4. Pingback: Aventuras y desventuras de un periodista de ésto de los marcianitos 3: Analizar at Akihabara Blues Magazine

  5. Joder, que asco.
    Ni tan siquiera una puñetera revista de videojuegos puede tener una opinión independiente.
    Está claro que sólo te puedes fiar de blogs amateurs, sin publicidad y sin más ánimo de lucro que dar información a más jugosnes.
    Por desgracia ¿cuantas hay que cumplan REALMENTE estas premisas?
    ¿Que NUNCA hayan tenido publicidad?

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