10 años han pasado para que Maxis con Will Wright a la cabeza retome una de las sagas más clásicas de PC: Simcity. Con el antecedente del «quiero y no puedo» que supuso Spore, los usuarios que más añoran la franquicia temen un desastre inminente de proporciones propias a los que aparecían en los juegos anteriores. ¿Ha vuelto la saga por todo lo grande?
Tras unas horas jugando la respuesta es un SÍ con la boca pequeña. Es un caso parecido a lo que supuso Diablo III: se crean expectativas demasiado altas y los nuevos conceptos de desarrollo como el online permanente, micro pagos, subastas, etc… deslucen ese aura de grandeza o tiende a desmitificar. Aquí Maxis ha copiado algunos conceptos que empiezan a disgustar a la comunidad: necesitamos conexión permanente a Internet y en la beta cualquier caída del servicio equivale a tirarte al escritorio. Personalmente me gusta el concepto «ciudad online o MMO de gestión de ciudades» con la interacción entre usuarios que eso lleva unido pero ese propio concepto hace que este Simcity nazca limitado o al menos con carencias de base que seguramente en el futuro se solucionaran lamentablemente a base de micro pagos o DLC´s.
Y voy a hablar de lo que no me ha gustado: el tamaño de las ciudades. Maxis dice que es para que usemos la interacción entre «pueblos», ejemplo: pueblo minero y exportador de energía vende a ciudad del juego su electricidad o recibe su basura. El concepto «online» y de MMO es muy bueno pero si jugamos solos se nos obliga a limitarnos. Ya no podemos crear de la nada la macro ciudad de 50 millones de habitantes que si podíamos hacer en Simcity 3000. Los que habéis jugado a Simcity 4 el tamaño de las ciudades es el equivalente del tamaño «medio», se antoja pequeño.
La base de Simcity es la gestión de zonas: verde para vivienda, azul para comercio y amarilla para industria. Antes podíamos seleccionar el tipo de densidad y de la nada conseguir un rascacielos siempre que el valor del terreno fuera alto. Ahora las zonas se manejan de forma más simple. Siempre van aparejadas a carreteras y el concepto de planificación futura desaparece. Ademas ya no sabemos como será el edificio de grande al no poder seleccionar la superficie si no «su numero en la calle» y, como me ha pasado a mi, cortar ampliaciones de edificios por no colocar bien las carreteras.
Pero no quiero que os quedéis con lo negativo, el tiempo jugando a Simcity se pasa volando y eso quiere decir dos cosas: absorbente y divertido. Se han mejorado muchas cosas, aparte de lo meramente técnico que ya se ve en los vídeos y que apenas hay que destacar. Gráficamente es soberbio, el efecto «tilt shift» consigue que todo parezca más real que nunca, todo parece una maqueta; incluso se han añadido filtros «vintage» para que personalicemos aun más la experiencia. Más conceptos positivos, ya no nos abruman con datos y cifras, se ha sustituido por un sistema gráfico sobre el propio pueblo y ahora es más fácil que nunca saber que zonas pierden valor y el por qué. Los sims que se alojen en nuestra urbe nos ampliarán información con peticiones, problemas o si lo estamos haciendo realmente bien.
Concluyendo estas primeras impresiones sobre Simcity no hay mucho que añadir, han sido unas horas de juego que se han pasado volando. Tengo la impresión que solo he visto la primera capa, la que Maxis ha querido enseñarnos y que dentro hay mucho más y mejor. Sigue manteniendo el aura y la adicción que solo sagas como Civilization han sabido mantener sin «venderse». Los problemas son importantes: la conexión permanente a Internet, las zonas pequeñas, el tufo a que todo lo que «está mal» se solucionará a base de DLC´s… pero aún con todo eso es un Simcity y no un derivado, lo que ha cambiado es la Industria pero no el juego.