El pasado jueves se publicó en la PlayStation Store la demo de Bioshock, el juegazo de 2K Games que ha sido una exclusiva temporal de plataformas Microsoft. Las conversiones, realizadas además por distintos equipos, no suelen venir exentas de polémica y la conversión de Bioshock ha cumplido con el papel: la comunidad gamer no ha tardado en criticar la pobre recreación de texturas y han ido corriendo a las tiendas como perseguidos por un miura a cancelar las reservas. Habría que decirles algo así como «¡Niños! Un juego no son sólo sus texturas». Las quejas más frecuentes son:
– El juego funciona a 720p, pero se fuerza a mostrarse a 1080p en lugar de hacerlo a una resolución óptima de 720p como la mayoría de los juegos. Así que si ven barras blancas en los bordes durante las secuencias de introducción.
– Muchas texturas están píxeladas, y las de un Big Daddy muerto parecen texturas de PS1.
– La tasa de refresco, especialmente en la secuencia submarina, petardea más que la moto de Pocholo.
El caso es que en los foros de 2k Games han corrido a espantar al toro antes de que los pille y han querido aclarar que el problema no es del juego en sí, sino de la demo e incluso son capaces de dar la razón a los usuarios que se han quejado de los problemas en las texturas del Big Daddy, pero afirman que el resto del juego no presentará esos problemas y recuerdan que las demos son productos no finalizados y que aún se pueden mejorar. Por mi parte, vuelvo a recordar que hay cosas que a ciertas alturas sólo se pueden mejorar subiendo el grado etílico de los jugadores y que poco más se puede hacer ya (bueno sí, incluir una botellita de Ballantines Reserva en la edición coleccionista).Y de regalo una comparativa. Adivinad a qué consola pertenece cada imagen…