La familia, los recuerdos y la tristeza por la pérdida de un ser querido son la base de Blackwood Crossing. El título desarrollado por PaperSeven nos invita a realizar un viaje donde Scarlet y Finn, sus protagonistas, inundan de sentimientos cada paso que damos, mientras recorremos sus momentos de su vida.
Un viaje lleno de sentimientos
A veces no creemos que en la vida las cosas pasan por algo. Desde hace más de seis meses tenía en carpeta este título. Seis meses donde mi vida no es la misma que ahora y que seguramente si hubiera jugado Blackwood Crossing en ese tiempo, no me hubiera tocado como lo hizo en estos momentos.
Despues de mucho posponer esa sesión de juego junto a Blackwood Crossing, decidí darle la oportunidad, dejar de lado la acción, las armas, la velocidad y darle la chance a un título que sabia, iba a ser bastante calmado, pero nunca tan especial como terminó siendo.
Me encuentro en estos momentos en una situación difícil a nivel personal, tratando de superar la perdida de alguien que quise mucho, la cual no falleció, sino que simplemente se alejó de mi y gracias a este juego me pude dar cuenta de lo importante que es tener el apoyo de la gente cuando ese tipo de situaciones se presentan y que a pesar de las circunstancias la vida sigue y tenemos que seguir con ella.
El juego como una expresión artística
Blackwood Crossing no es el juego mejor dotado a nivel gráfico y tampoco tiene la mejor jugabilidad del mundo, sin embargo, es una muestra más de como un juego de video se puede convertir en la expresión artística, donde se pueden representar los sentimientos que despierta una situación particular.
Asi como hay personas que plasman sus vivencias a través de canciones, pinturas o libros, el equipo de PaperSeven nos presenta a través de este corto, pero muy emotivo viaje en tren, como la vida nuestra y de la de todos los que nos rodean se ve afectada cuando se va un ser querido y todo lo que esto genera.
Una máscara para cubrir el dolor
Lo que más me impactó de Blackwood Crossing, fue la manera como sus personajes usan una mascara, esa que muchas veces esconde nuestro dolor y nos lleva a mostrar la cara que todos esperan que llevemos frente a una situación particular, sin embargo, cuando nos acercamos a esos personajes y les hablamos, nos damos cuenta que el rostro no refleja lo que se lleva en el interior.
Podemos aparentar que estamos bien, pero por dentro no somos ni la mitad de lo que nuestro rostro refleja y termina siendo muy importante hablar, interactuar y dejar salir todo ese sentimiento que nos agobia.
Un juego que no quiero calificar
En primera instancia lo que debía hacer con Blackwood Crossing era un análisis. De esos clásicos escritos que he tenido la fortuna de redactar en AKB, donde plasmo lo que me gustó y no me gustó del titulo, ademas de su duración, graficas, jugabilidad, etc. Sin embargo, pienso que este es uno de esos juegos muy personales, donde no es justo ponerle un numero y acomodarlo en un ranking.
Capaz de que si alguien no ha perdido a un ser querido o simplemente lo juega a la carrera, ve el juego como algo sencillo y corto, sin embargo, cuando hay muchos sentimientos de por medio, Blackwood Crossing termina siendo un recordatorio de la importancia de la unión, del apoyo mutuo y de apreciar cada momento que tenemos junto a nuestros seres queridos, porque en cualquier momento no van a estar.