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«Bulletstorm es una gran producción hueca» [Análisis Xbox 360]



Tenía muchas ganas de Bulletstorm. Sabía por dónde irían los tiros de lo que me iba a encontrar: disparos, cachondeo y combos de cara a la galería. Incluso ha habido cosas que me han sorprendido, como el gran acabado de todo el paquete o el magnífico doblaje. Por desgracia, hay poco más en una ecuación que, a nivel jugable, se reduce a pegar tiros, reirle las gracias al prota y avanzar en una historia que parece sacada de un capítulo de El Equipo A. Y no, no es un piropo, no me refiero a la sustancia, sino al guión.

Empezaré destacando que los gráficos son de un juego Triple A, es de justicia reconocérselo. Están cuidadísimos, repletos de detalles, los escenarios son muy variados, los personajes se mueven a la perfección y sus modelados no tienen ni una pega. En cuanto a las voces en castellano, efectos y música, más de lo mismo: de muy alto nivel. Se han colado algunas líneas en inglés proferidas por los enemigos, pero se puede aguantar. A fin de cuentas son alienígenas, tienen que hablar raro, ¿No?

En cualquier caso la unión People Can Fly con Epic ha producido uno de los mejores anticipos posibles – no descarto que incluso supere – de Duke Nukem Forever. Bebiendo de la escuela de FPS gamberros a la que el propio Duke pertenece y que otros títulos como Serious Sam pertenecen, en Bulletstorm el jugo se encuentra en cómo cargarte a los enemigos de una forma lo más original y gore posible. Algo que tiene su gracia durante unas cuantas partidas pero que no tarda en revelarse como una mecánica falta de interés.

Inexplicablemente, no se incluye un modo cooperativo que por argumento – de lo poco que aportaestá a huevo. Este modo hubiera elevado el nivel general del paquete sin duda – ¿Combos a dos bandas? ¡Anytime! – pero mejor no montarse pajas mentales porque la realidad es que aquí, de cooperativo, nada de nada.

Que no os quede la sensación de que Bulletstorm es un mal juego, porque no lo es. Es bastante entretenido durante unas horas, pero al final he acabado aborreciendo lo que se supone que es la chicha del asunto, los irreales fatalities. Además, chirría sobremanera la poca variedad de armas y la escasa sustancia de un conjunto que, si hubiera estado a la altura de la producción, podría haberse convertido en uno de los shooters más importantes del año. Por desgracia la creación de People Can Fly y Epic se queda como medianía entretenida a la que se le puede hacer caso hasta que se decida a aparecer algo con más chicha.

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