Al parecer Activision ha decidido comenzar de cero con Warzone 2, nombre que no me gusta, y dejar todo en manos de Infinity Ward. Nuevo motor, nuevas mecánicas, ¿mismos problemas?.
Escoba nueva siempre barre bien
Han pasado casi cinco meses desde la llegada de Call of Duty Vanguard, pero ya se habla del nuevo título de la serie, que efectivamente será una secuela de Modern Warfare 2019. Su desarrollo viene con un nuevo motor gráfico y un nuevo Battle Royale.
La nueva versión lleva por nombre Warzone 2, o por lo menos se le puede decir así, y asegura una revolución, con nuevas mecánicas, un modo sandbox y el ser verdaderamente independiente. Aunque es curioso, porque las noticias hacen énfasis en que irá de la mano con el nuevo Modern Warfare.
La noticia se ha expandido con rapidez y muchos, esta vez no me incluyo, esperan con ansias la llegada de estos nuevos juegos. Uno llegando en su ventana de lanzamiento normal, finales de 2022 y el battle royale en 2023 a consolas de actual generación, aparentemente.
Solo estoy mirando
Últimamente me he dejado llevar por el hype de Call of Duty, siendo lo último la actualización Warzone Pacific, que presentaba en Caldera todas las mejoras requeridas por los jugadores y que al final terminó siendo un lugar desolado y repleto de bugs.
No importa lo que prometan para Warzone 2, no me monto aún y lo haré solo después de probarlo, porque esas mismas palabras de “una gran experiencia, con muchas mejoras” ya viene sonando desde hace un buen rato y no han cumplido.
Todo se ha ido complicando
No se si Activision no le tuvo fe o los tomó por sorpresa la recepción del Battle Royale. El juego quedó amarrado a Modern Warfare a tal punto que es necesario instalarlo para acceder a Warzone, además de tener un motor gráfico diferente al de Black Ops Cold War.
Tal parece que el ir asociando el título a las nuevas entregas, no resulta fácil y se ven limitados de muchas maneras, a tal punto de no ser posible implementar el FOV en consolas por cuestión de rendimiento.
A esto se suma una cantidad de bugs que persisten o incluso vuelven a aparecer, como invisibilidad, respirar en el gas, carros que vuelan o lo peor de todo, que no es un bug, los hackers. De hecho los carros voladores aparecieron después de implementado el sistema anticheat Ricochet.
¿Borrón y cuenta nueva
De los errores se aprende y probablemente ese sea el motivo de construir una nueva versión de Warzone desde cero, que les permita acoplar más a las necesidades de sus entregas y cambios relacionados con jugabilidad, sin que termine siendo un dolor de cabeza para desarrolladores y jugadores.
Que llegue en 2023, principios tal vez, puede ser también una gran estrategia. Caldera llegó el 9 de Diciembre, ad portas de fin de año y con muchas personas del equipo de desarrollo fuera por vacaciones, que se las merecen, dejando el juego olvidado mientras regresan.
Si a esto le sumamos que el desarrollo estará en manos de Infinity Ward, probablemente no se note tanto la diferencia entre la entrega anual y el Battle Royal. El tema ahí es que va a pasar cuando se pase el testigo.
Me gustaría creer que Activision aprendió de sus error y no significa esto que voy a dejar de jugar o informar acerca de Call of Duty, simplemente que la historia ya la conozco y hasta no ver, no creer.