Estamos a un paso de decir adiós a un 2020 que le ha cogido el gusto a darnos malas noticias. Por suerte, los videojuegos continúan haciéndonos un poco más felices; este año llegaron muchos títulos de calidad. Antes de tomarnos las uvas, en AKB estamos premiando a los mejores del año. Y el mío es The Last of Us: Parte 2.
Héroes y villanos
El viaje de Joel y Ellie que nunca olvidaremos tuvo lugar en 2013. Siete años después, Naughty Dog ha decidido abrir de nuevo la herida que todos conservamos tras mirar fijamente a aquellos ojos verdes. Personalmente, pienso que hablar de The Last of Us: Parte 2 ciñéndome a términos jugables no le hace justicia. Y eso que podríamos hablar perfectamente sobre cómo ofrece diferentes alternativas en combate, su depurada jugabilidad o la evidente evolución con respecto a la obra original. Y es que, a pesar de que sus cotas de calidad son elevadas, el título que hoy defiendo va mucho más allá de eso.
La obra del autor
Resulta innegable que la llegada del título desató un auténtico terremoto; parte de su comunidad se mostró reticente ante ciertos cambios y la división de opiniones continúa propiciando intensos debates al respecto. En mi modesta opinión, Neil Drukmann podría haber tomado el camino fácil apostando por el continuismo, lo previsible y, en definitiva, lo que cualquier seguidor del capítulo original esperaría. Pero no lo hizo. Decidió saltar al vacío, porque sabía lo que sucedería en cuanto millones de jugadores comenzaran a vislumbrar la decisión más controvertida que podríamos imaginar. O, mejor dicho, la pregunta: ¿Quiénes son los buenos?
Más que contarnos una historia, lo que hace The Last of Us: Parte 2 es exponer una visión explícita de la cruda realidad. Lo consigue llevando al jugador al límite de la moralidad, obligándole a escuchar la versión de todas las partes e invitándole a reflexionar acerca de ese discurso falaz que siempre nos han vendido sobre buenos y malos. Porque entre los dos extremos de la balanza hay una distancia que asusta; una vida en la que todos hacemos tanto el bien, como el mal. En cada minuto. En cada hora. En cada día. Por mi parte, no tengo ningún interés en abrir un debate sobre si el videojuego es mejor, o peor. Sin embargo, si algo tengo claro, es que desde que vi los créditos hasta este justo momento, no he parado de pensar en todo lo que he vivido durante el viaje. el viaje de Ellie… y el de Abby.
The Last of Us: Parte 2 no solo me parece el GOTY 2020; también me parece el mejor videojuego de la generación.