Era un frío miércoles de noviembre, me dirigía a mi centro comercial habitual a adquirir mi copia de Super Smash Bros. junto con el adaptador de mandos de Gamecube. Hacía mucho tiempo que esperaba este momento. Días, semanas, meses, años que finalmente culminaron aquella tarde.
Llegó el viernes, y después de un largo día de uni quedé con los colegas para poder probar el juego. Todos íbamos llegando poco a poco pero nos aguantábamos las ganas de jugar a Super Smash Bros. jugando al excelso Mario Kart 8 hasta que estuvimos los seis y entonces preparamos un buen bol de palomitas y nos pusimos delante del televisor, apagamos las luces, encendimos la Wii U e iniciamos el juego. En ese momento estábamos todos emocionados como niños el día de reyes, pues seis años no son pocos y llevábamos mucho esperando y, como servidor, algunos más debido a que apenas catamos la versión de 3DS. Empezó la secuencia de apertura. Pese a no ser tan emotiva como la de anteriores iteraciones de la saga nos motivó para lo que iba a ser la primera batalla.
No habíamos empezado a jugar y ya pudimos observar la gran cantidad de opciones de control que habían para el juego. 3 mandos de Gamecube, 2 3DS y el Tabletomando fueron los controles que escogimos. ¡Smash para ocho! Todos fuimos a elegir un personaje. ¿Yo? Link, por supuesto, con la esperanza de que hubieran mejorado al personaje, y vaya si lo han mejorado. Toca elegir escenario. Espera, ¿cómo que hay mapas en negro? ¿No se pueden seleccionar? Nos pareció algo raro pero lo comprendimos enseguida. Estábamos a punto de jugar 6 personas a la vez y en algunos escenarios no cabíamos todos. El Gran Campo de Batalla pues. Empieza el combate, a 3 vidas. Pese a que llevábamos toda la vida jugando a Super Smash Bros. estábamos todos muy perdidos. “¿Dónde estoy?” Era la pregunta más común que nos hacíamos, todos estábamos perdidos en un mapa aparentemente hecho a medida, pero al no estar acostumbrados la desorientación era algo común. Todo fueron risas. Los movimientos de la Entrenadora de WiiFit, objetos desconocidos y muertes estúpidas, Smash Bros. en toda regla. En esencia, esa noche estábamos jugando por diversión, y Nintendo lo volvió a conseguir.
Pero también hay lugar para jugar en serio. Sakurai y los suyos han puesto todo su esfuerzo en que esta cuarta entrega sea tan buena como Melee en físicas de combate, y vaya si lo han conseguido. En conclusión encontramos que todos los personajes cuentan con movimientos mucho más dinámicos y equilibrados. La variedad de estilos de combate es palpable. Dominar a Shulk, un personaje que me he propuesto tener como main, es a priori más complicado que dominar a Donkey Kong, por decir un ejemplo. Esto da lugar a muchos estilos de combate y muchas maneras de ganar. ¿Qué tal ganar siendo el rey de la velocidad como Sonic? ¿O ganar dando pocos pero contundentes golpes como en el caso de Bowser? Los jugadores que querían una entrega con mucha más técnica están de enhorabuena.
Algo que también cautiva a simple vista es el apartado gráfico respecto a juegos anteriores, no sorprende pero totalmente acorde con lo que significa la saga. Escenarios coloridos y brillantes, y en HD 1080p y 60Hz, incluso con 8 jugadores en pantalla ¿Acaso este tipo de juego necesita más potencia gráfica? Creo que en la siguiente generación veremos el cénit en términos gráficos por lo que respecta a juegos de este estilo – ya sabeis, tipo Mario, Donkey Kong, Kirby… -, y más allá de eso no creo que evolucionen más. Con eso quiero decir que a pesar de que los gráficos son buenos, no son lo mejor del título, pues brilla por todo lo demás.
La ingente cantidad de melodías a escuchar – ya sean canciones remasterizadas, originales o remixes -, los trofeos, personajes y escenarios son todo un homenaje al mundo de los videojuegos de Nintendo y a algunos invitados como Pac Man y Megaman. Eso, sumado a las experiencias en materia jugable, dan al juego una personalidad propia que no es comparable a otros juegos. Muchos son los candidatos a GOTY este año. Dragon Age, Sunset Overdrive, FarCry 4, todos ellos son grandes juegos pero pertenecen claramente a otra categoría. ¿Algo que objetar a Super Smash Bros.? Sí, la falta de modo aventura es clave. Me encantó el modo aventura de Melee, y el modo Mundo Smash no me llena en absoluto.
En definitiva, si tuviera que elegir entre Mario Kart 8 y Super Smash Bros. for Wii U no podría decidirme. Está claro que en ambos juegos Nintendo le ha puesto muchas ganas para que sean juegos memorables y nosotros lo agradecemos. Como siempre, tendremos nuestras tardes de diversión garantizadas. Gracias, Nintendo.