Como resulta evidente, Super Mario Odyssey es uno de los grandes favoritos para hacerse con el premio al juego del año 2017. El mítico fontanero ha vuelto por sus fueros y ha protagonizado una odisea que difícilmente podremos borrar de nuestra memoria.
La enésima muestra de que Nintendo siempre guarda un AS en la manga que le permite reinventarse.Por muchos aspirantes que vengan pisando fuerte, Mario siempre está llamado a ser el mejor y eso conlleva tener que reinventarse.
En esta ocasión, Nintendo ha querido enfocar la experiencia a la exploración, proponiéndonos recoger una cantidad de energilunas —las clásicas estrellas— desorbitada. Al igual que hacían los grandes títulos de la extinta Rareware, Super Mario Odyssey apuesta por la extensión, ofreciéndonos una serie de mundos más grandes que de costumbre, en los que siempre nos queda algo por descubrir.
La decisión de llevar a Mario a una ciudad habitada por personas humanas (Nueva Donk) ha pasado de ser un riesgo innecesario a dejarnos uno de los niveles más queridos por la comunidad, y esto no hace más que confirmar que cuando Nintendo saca a relucir su talento, algo grande está a punto de suceder.
Después del discreto paso del fontanero por Wii U, mayormente propiciado por la situación de la siempre cuestionada sobremesa de Nintendo, Mario vuelve a protagonizar uno de esos títulos cuyos apartados rozan —e incluso llegan a tocar— la perfección. Las comparativas son odiosas y no es nada fácil someterlo a juicio frente a las entregas más laureadas de la franquicia pero, no obstante, no existen motivos de peso para afirmar que Super Mario Odyssey tenga algo que envidiarles.
El control es una delicia, la dirección de arte logra conquistarnos en cuestión de segundos y la variedad de mecánicas resulta abrumadora. Poco, muy poco, podemos achacar al regreso del rey de los plataformas. Un juego redondo y sin fisura, que ejecuta a la perfección todo lo que se propone.
Una apuesta segura
La objetividad no existe —o eso dicen— y cualquier decisión puede ser sometida a debate, pero, al mismo tiempo, a veces hay cosas que son o no son. En este caso, Super Mario Odyssey es uno de los que tienen que estar. Puede ganar o puede perder, pero, en caso de alzarse con la victoria, dudar de sus credenciales sería cuanto menos, arriesgado.