He sido Seguero de toda la vida, pero debo reconocer, bajito y a regañadientes, que dediqué muchas horas a ayudar al redondo fontanero italiano a encontrar a su dichosa princesa. Mi primer encuentro fue con su juego, en escala de grises, en la pantalla verde de Gameboy classic y siempre negaré haber disfrutado, como lo hice, de aquel juego.
Ahora, he decidido darle una oportunidad a su juego homónimo de 8 bits, en la consola de sobremesa Nes portada a Wii U. Como ya os avise en mis anteriores impresiones sobre juegos de este tipo, es muy duro jugar a Super Mario Bros tras una partida de Super Mario Galaxy, por ejemplo. Nuestro fontanero conserva las funciones básicas heredadas a los siguientes títulos: salto y correr. El mando de Wii U sea demasiado grande para tan solo 2 botones usables pero la opción de jugarlo off TV le da la sensación de jugar en una Gameboy muy grande ¡y a color!
El juego no tiene misterio, debemos salvar, una vez más, a nuestra Princesa Peach del secuestro perpetrado por Bowser. Gracias a ello recorreremos los entresijos del Reino Champiñón en busca de nuestra amada. Volveremos a ver a enemigos clásicos como los koopas, las piedras que caen, los pozos de lava además de los power-ups como las setas, las flores, estrellas y los ladrillos suelta monedas.
Seguiremos eliminando enemigos saltando encima suyo o disparándoles bolas de fuego, con la correspondiente flor de fuego, o recorreremos fases tan añoradas como las acuáticas con sus simpáticos calamares, que perdieron protagonismo en los siguientes títulos.
Oiremos los clásicos sonidos, melodías y fases que harán que una lagrimita recorra nuestras mejillas al ver lo hombretón y lo crecido que está Mario actualmente. La dificultad, como es normal en estos casos, os parecerá algo más alta que actualmente, no os equipéis, sois vosotros que os habéis amoñado con el paso del tiempo y las next-gen. Como plataformas, sudaremos en ciertos momentos al tener que ajustar saltos o hacer maniobras casi imposibles, pero la old school manda y si no eres lo suficiente bueno para acabarlo, no mereces el título de gamer.
Una buena excusa para recordar parte de nuestra infancia o ver cómo empezó uno de los personajes más reconocibles de la actualidad gracias a la e-shop de Nintendo.