El otro día hablaba con Cristian (y también lo he hecho con mis colegas del Stick) acerca del mercado de los videojuegos a día de hoy y de lo poco que merece la pena que pillemos los juegos en el día en el que salen a la venta.
Las prisas salen caras
Y ojo, no estoy diciendo que no lo tengamos que hacer nunca, ya que para los títulos online me parece indispensable estar ahí desde el día 1, pero, amigos, para la mayoría de los juegos (hay excepciones, claro) no merece la pena que nos dejemos nuestros euros ni en la semana de lanzamiento ni durante el primer mes o mes y medio tras su puesta a la venta.
La responsable de que os diga esto es la propia industria y no porque la calidad de los juegos haya bajado, es más bien al contrario, sino por el modelo de negocio que se está empezando a instaurar y que hace que los que siempre comprábamos los videojuegos el primer día se nos quede cara de tontos.
Una política de precios calculada
Os hablo de las bajadas SEVERAS de precio poco más de un mes o dos desde que se ponen a la venta. En los últimos tiempos hemos visto un montón de casos de juegos que se rebajaban al poco de lanzarse, como pueden ser FFXV o, por ejemplo, The Last Guardian, un título que salió a la venta en diciembre y que podemos encontrar hoy, 12 de febrero, por 35 euros, casi la mitad de precio, en cualquier tienda.
¿Cómo demonios esperan las compañías que me interese por su producto a precio completo si se generaliza el descuento impactante a las pocas semanas? ¿De verdad creen que no nos vamos a dar cuenta?
El día 1, solo para muy fans
Evidentemente, seguiré comprando mi PES, o el próximo The Last of Us 2 y otro buen montón de juegos que sean de importancia capital para mí el mismo día en el que se pongan a la venta pero, para el resto, me esperaré unas semanas porque sé que, con un poco de paciencia y teniendo cuidado para que no me lo destripen en las redes sociales, voy a poder disfrutar de auténticos juegazos tan sólo unas semanas después de los compradores más fieles.
De momento, es lo que me ha pasado con el anteriormente mencionado The Last Guardian, con el que me voy a ahorrar unas decenas de euros que no me sobran. El siguiente en irse a esta lista es Nioh, un juego al que le tengo MUCHAS ganas (más aún después de leer las impresiones de Cris) pero que, viendo cómo está el mercado, voy a esperar hasta que venga el bombardeo de marzo para poder hincarle el diente gastando mucho menos.
Sinceramente, en este sentido envidio a Nintendo que, por lo menos, tiene las santas pelotas de no restar valor a su producto, por lo menos no a corto plazo.
Vosotros, ¿qué pensáis de esta tendencia?