Hay un «tiempo intermedio» en el cual las consolas caen en el más profundo olvido. Ese momento en el cual, sale su sucesora al mercado, pero aun no ha pasado el suficiente tiempo para que los más caritativos del lugar, los más viejos y sabios, los que llevan más años, comiencen a considerarlas para formar parte del «Olimpo Retro».
Es ese momento en el cual, conviven con su hermana menor. Ese momento en el que esas viejas consolas miran con envidia las nuevas y mejoradas cualidades de su adolescente y recién llegada al mercado. Ven como la joven se pavonea ante las compañías y estas la cortejan. Persiguen sus curvas, su juventud, mientras a ellas las dejan con las migajas del catálogo de lanzamientos, los títulos que no quieren ni las propias distribuidoras. Los que no saben como quitarse de encima.
Ven como sus padres (las compañías) las venden baratas al mejor postor, para que no queden en los almacenes, mientras imploran a su catálogo de viejas glorias. Esos juegos que le han dado fama, que la volvieron bella a los ojos del mundo. Las mimas compañías que ahora las desprecian. Los mismos compradores que ahora siquiera las tienen en cuenta cuando van a la tienda. Las mismas consolas que ahora ven reducido su espacio vital en el stand del comercio, cara al público, cuando llevan tantos años disfrutando de la fama, la gloria y porque no, el poder.
Este es el actual momento de Nintendo DS y PlayStation Portable. Cierto es que ellas aun se siguen vendiendo. Poco, pero las compañías por mucho que presuman de sus viejos tiempos y sus cifras de ventas globales, ya no las tienen ya en sus miras. Simplemente intentan sacarles la mayor rentabilidad posible. Esto es un negocio. Lo nuevo vende, lo viejo no. Es probable que no tengan una pantalla 3D o de 5 pulgadas táctil. Es posible que no tengan un doble stick o giroscopios. Pero tienen un catálogo enorme de lanzamientos grabado a lo largo de los años. Y en ellos, no menos de veintena de juegos a considerar muy seriamente y que perfectamente justificarían su actual precio. ¡Que demonios, justificarían hasta el precio que tuvieron de salida!.
Ahora todas las miradas se vuelven a 3DS y su «milagrosa» recuperación -bajada de precio mediante. Ahora todas las miradas se vuelven a Vita, ese oscuro objeto de deseo que no cabe en cualquier bolsillo. Y ahora es cuando las viejas NDS y PSP se guardarán en un cajón olvidado, si no es lo están ya, viéndolas como algo que no está de moda, que ya no da más de si, que no nos hacen disfrutar. ¡Qué auto-mentira más grande! ¡Qué poca memoria tenemos!
¿CUANTO me han hecho disfrutar juegos como Advance Wars, Geometry Wars, Elite Beat Agents, Animal Crossing, New Super Mario World o el puñetero Brain Training en NDS? ¿CUANTO Lumines, Patapon, Locoroco, Everybody’s Golf, Daxter los GTA, God of War o el jodido Ultimate Ghost’n Goblins en PSP?
Tendremos que esperar a que estas actuales y nuevas consolas mueran, sustituidas por una futura hermana mayor, de nuevo más sexy, o por nuevas tendencias de mercado. Entonces si. Entonces nos acordarnos de lo buenas que eran la NDS y la PSP. Es el círculo vital de las consolas. Ahora todos miramos las PS1 o PS2, la N64 o Gamecube y como no, la Dreamcast que tan poco duró, como grandes consolas. Las siguientes serán estas dos y hasta que eso ocurra, las despreciaremos vilmente…
¡Qué majaderos somos!