Como sabéis, ayer, Sony nos invito a la presentación de PS4 en Barcelona. Era el momento perfecto para sacarme de dudas sobre con qué next-gen empezar, pero no fue así. Yo tenía claro que mi caballo ganador era Xbox One, pero después de ayer, ya no lo tengo tan claro.
Empezamos viendo un vídeo apostando y recordando las nuevas funciones de la consola frente a su generación anterior, con un momento WTF?! al recordar que trae un cable HDMI en la caja con un hombre levantando el cable con las 2 manos, victorioso. Tras el vídeo, con alguna información relevante como la compartición del PS+ con todos los usuarios de la misma consola, pasamos a la chicha: probar la PS4.
Tras subir a la 4ª planta del hotel donde se celebraba el evento, por aquello del 4º nivel de PS4, fuimos pasando por habitaciones decoradas a modo de stages de prueba con diferentes opciones y juegos.
Empezamos con DriveClub, que saldrá en versión especial gratuitapara los suscritos a PSN Plus el día de salida. Un simulador de coches en el que podremos conducir con el control clásico de mandos y botones o el giroscopio del mando para los giros. El modo giroscopio responde muy suave y a la perfección. Los choques contra las paredes lo demuestran. El juego, a nivel gráfico, era una delicia, grandes decorados, detalles muy logrados como el calor de los discos de freno al derrapar o pasarte de freno, decorados, etc. Un juego a tener en cuenta para los amantes de Forza y GT.
En la segunda habitación pasamos a probar el mando y la interfaz de este con un par de mini juegos sobre robots y una paliza por parte de Kristian en un Air hockey, en el que el mover el mando significa distorsionar el campo complicándolo mucho. Podremos interactuar con ellos a través del mando y la cámara y hacerles todo tipo de perrerías. Un juego casual que para los más peques no va mal tener por defecto.
La 3ª habitación nos deparaba una sorpresa muy colorida: Hohokum.
Con un estilo visual muy Locoroco mezclado con Patapón nos encontramos con el control de una colorida serpiente en el que no sabemos que tenemos que hacer ni a donde ir, pero que iremos descubriendo por cómo reacciona al pasar por ciertas zonas o cerca de varios personajes. Uno de esos juegos de tarde de lluvia o para relajarse y evadirse del mundo.
Lo gordo lo guardaban para el final y pudimos jugar épicas batallas navales en Assasin’s Creed IV Black Flag, unos 15 minutos con el plataformas Knack y una misión en Watch Dogs. Aunque la potencia final se tendrá que comparar con sus versiones de PS3, la verdad es que tendremos que esperar a que la máquina ruede un poco más, porque no me pareció que la generación actual no pudiera moverlos.
El mando fue una de las cosa que más curiosidad traía y me sorprendió al nivel de encontrarme con la comodidad de la primera vez que coges un mando de Xbox. Buen agarre, ligero, manejable y los gatillos muy cómodos y bien posicionados. La «pantalla táctil» es más bien un botón táctil que pantalla, ya que no muestra información y la ausencia de Start y Select traía confusión al estar combinados en el botón de options. A mi parecer está a la altura de rivalizar la hegemonía del mando de Xbox 360.
Desde aquí agradecer a Sony la visita y la oportunidad de probar su nueva consola, así como que me generara dudas sobre que next-gen escoger.