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Diablo 3: El retorno del Señor del Infierno

Diablo 3

El pasado 15 de mayo se volvieron a abrir las puertas del infierno tras 12 años de una larga y ansiosa espera por todos los fans de la saga que, al igual que yo, querían volver a sumergirse en el mundo de Diablo. Ha sido mucho tiempo esperando y desde luego, la gran expectación creada sumándose a la larga espera han puesto el listón muy alto para la nueva obra de Blizzard. ¿Logrará Diablo 3, una vez más, enganchar a los jugadores y convertirse en el rey del género que él mismo inventó? Es una difícil pregunta con una respuesta clara: “Sí, por el momento”.

Te espero en el infierno

El Diablo se viste de seda

Pese a que quizás sea el punto menos importante, Diablo 3 cumple con creces en el apartado audiovisual, sobre todo en sus escenas cinemáticas que rozan un nivel de detalle y calidad fuera de lo común. Pero no nos engañemos, los gráficos que podremos contemplar mientras jugamos no son de primer nivel, aunque no es para nada necesario en el juego y desde luego no desluce en ningún caso los fenomenales escenarios que nos iremos encontrando a medida que avancemos en nuestro periplo por el juego. Además, poder contemplar como se van dañando una buena parte de los mismos (sobre todo en interiores) cuando nos encontramos en una cruenta lucha es un detalle que se agradece.

El nivel de los efectos de las diferentes magias o poderes de nuestros personajes también están a un gran nivel y como he dicho, no hace falta más para disfrutar del juego, Diablo nunca ha sido famoso por su gráficos, cinemáticas aparte, sino por su enrabiada jugabilidad.

Los efectos de las magias o habilidades tienen un gran nivel

La parte positiva de no llegar a los gráficos de última generación es que el rendimiento del juego es excelente y sus requisitos mínimos no son demasiado elevados. A continuación os detallo la lista de los mismos:

• Windows® XP/Vista/7 (con los últimos Service Packs) con DX 9.0c
• Intel Pentium® D 2.8 GHz o AMD Athlon™ 64 X2 4400+
• NVIDIA® GeForce® 7800 GT o ATI Radeon™ X1950 Pro o superior
• 1 GB RAM (XP), 1.5 GB (Vista/7)
• 12 GB disponibles de espacio en el disco duro
• DVD-ROM (Necesario únicamente para discos de versión comercial)
• Conexión a Internet de banda ancha*
• 1024×748 de resolución mínima

Para los diferentes sonidos se ha decidido conservar la mayor parte de la librería de los anteriores juegos, dándole un aire nostálgico que queda fenomenal. Es imposible, si has jugado a anteriores títulos de la saga, no esbozar una sonrisa cuando escuchamos el típico sonido de un pergamino o un objeto cayendo.

Además Diablo 3 se encuentra totalmente doblado al castellano, algo que siempre se agradece si, como en este caso, el trabajo realizado es de primer nivel.

El retorno al infierno

La gran mayoría de vosotros sabréis lo que os podéis encontrar básicamente en Diablo 3, aunque para los usuarios que nunca hayáis podido disfrutar de un juego del estilo os haré un resumen de lo más sencillo: En Diablo 3 deberemos ir eliminando monstruos usando nuestros poderes con los dos botones del ratón y el teclado numérico del 1 al 4. A medida que avancemos en la historia iremos consiguiendo nuevos y poderosos objetos, además de subir niveles y así aprender nuevas habilidades para destrozar a todo bicho que se cruce en nuestro camino.

Fácil, ¿verdad? La gran pregunta que se hace mucha gente que aún no ha disfrutado de ningún juego del estilo es: “¿De verdad es tan divertido y adictivo?” La respuesta es bastante contundente: “Sí”.

Esta sencilla formula ha conseguido enganchar a millones de jugadores durante todos estos años, tanto con esta saga como con todos sus clones, algunos de gran calidad, superando incluso a su maestro (Torchlight).

Blizzard, para esta ocasión, lo mejor que ha hecho es modificar el sistema de habilidades del anterior título e intentar que las clases estén igualadas lo máximo posible.

Las cinco clases de Diablo 3

Contaremos con un total de 5 clases de personaje diferentes, cada una de ellas con 6 categorías de habilidad diferentes. Cada categoría contará con un mínimo de 3 habilidades y un máximo de 5. Así mismo, cada habilidad podrá ser modificada con una de las 5 runas disponibles para cada una de ellas. Evidentemente, iremos desbloqueando estas diferentes runas y habilidades a medida que avancemos de nivel.

Nuestro personaje podrá “equiparse” de hasta 6 de todas estas habilidades a la vez, distribuyéndolas en los botones del 1 al 4 del teclado numérico y en los botones izquierdo y derecho del ratón. Podremos cambiar las habilidades en cualquier momento, adaptándonos así a las diferentes situaciones que nos iremos encontrando a lo largo del juego, buscando las que más nos convengan para cada ocasión.

Para rizar más el rizo, además de este grupo de habilidades activas, tendremos otra categoría de habilidades pasivas. Cada una nos proporcionara una característica diferente y podremos escoger un máximo de tres de estas diferentes habilidades, cuando lleguemos al nivel necesario, claro.

La verdad es que las clases en sí están bastante equilibradas, cada una con sus pros y sus contras. Es evidente que el trabajo no es perfecto, dado que es muy difícil llegar al equilibrio absoluto, pero lo que sí garantiza Blizzard es un trabajo constante en ese aspecto y la primera actualización para retocar algunas cosas en las diferentes clases ya ha salido a la luz.

El mago (mi clase favorita) lo parte

Una vez sabemos todo este pequeño entresijo, la verdad es que el juego no tiene demasiadas novedades. Volveremos a explorar un gran mundo lleno de peligros. Los mapas cambiarán cada vez que accedamos al juego, por lo que la rejugabilidad está asegurada al no poder aprenderlos de memoria, quitando algunas pequeñas fases especiales que sí que son siempre iguales. Además, ahora en algunas fases contaremos con trampas que nos ayudarán a eliminar a los enemigos, destruyendo por ejemplo, los pilares de una pared haciendo que esta caiga sobre nuestros enemigos.

Poco hay que explicar que no sepáis ya de los juegos de este estilo, lo mejor es jugarlo y ver algunos de los pequeños cambios de poca importancia que el juego incluye, pues no nos engañemos, quitando el sistema de habilidades y el gran equilibrio entre clases Diablo 3 no aporta nada nuevo al género. Trae pequeños cambios que no son sustanciales y que mejoran una buena fórmula pero poco más.

Eso sí, las mejoras a la hora de acceder a las partidas de nuestros amigos sí que son sustanciales. Sin duda la experiencia con WoW ha ayudado bastante en este aspecto y con solo un par de clics podremos unirnos a la partida de algún compañero para repartir estopa en conjunto, que siempre es mucho más divertido. Quizás se hubiera agradecido el incluir a más jugadores en este modo, quedándose la maldita cifra de los 4 jugadores corta en más de una ocasión.

El monje también reparte que da gusto, HOYGA

La curva de dificultad del juego es bastante buena. En modo normal podremos superar los primeros retos con suma facilidad, sobre todo si tenemos experiencia en el género y están pensados para que los jugadores más noveles vayan cogiendo la mecánica del título. A medida que vayamos avanzando los enemigos se harán más duros de una forma bastante progresiva y eficaz. No notaremos un gran cambio pero si iremos viendo como a medida que pasan las horas nuestros rivales son más poderosos y nuestras posibilidades de morir van aumentando.

Además, en cuanto acabemos el juego en modo normal desbloquearemos el siguiente nivel de dificultad, pudiendo continuar nuestra progresión de nivel y obteniendo nuevos y mejores objetos. Finalmente, si superamos los dos modos siguientes al normal y sólo tras alcanzar el nivel 60, podremos acceder al modo Averno, que promete ser un reto hasta para los jugadores más experimentados.

#Error 37 WTF!

El lado oscuro

Sin embargo, aunque Diablo 3 perfecciona la formula del género, no todo son virtudes. La conexión permanente que requiere el juego ha dado más de uno y más de dos problemas a una gran parte de los jugadores en estas primeras semanas de vida.

Tras la experiencia cosechada con WoW es imperdonable que a estas alturas aún se tengan problemas de este tipo, haya habido un masivo robo de cuentas o haya desaparecido una buena parte del dinero de algunos usuarios y todo esto por empecinarse en incluir una conexión obligatoria a los servidores incluso en el modo individual. Hubiera sido tan fácil como tener la opción de jugar desconectado y no poder usar ese personaje en el modo online para así poder mantener el equilibrio del juego ante posibles tramposos que posiblemente acabarían apareciendo. Pero no, Blizzard se ha mostrado terca y ha dejado a una buena parte de los usuarios enrabiados con Diablo 3. Todos estos problemas, que se difunden como la espuma, posiblemente hayan afectado a las ventas que aun así han pulverizado los records en PC.

La gran cantidad de estos problemas deslucen mucho el excelente juego de Blizzard, que aún continua dando problemas incluso en el modo individual con caídas de servidores o errores de desconexión absurdos.

Si a todo esto le sumamos los continuos retrasos que ha sufrido el juego para poder alcanzar la mayor calidad posible en su lanzamiento el nivel de cabreo puede alcanzar cotas insospechadas… y mejor no hablamos de la decisión de no incluir el PvP de inicio en Diablo 3.

Con todos los problemas que el título de Blizzard ha tenido hasta ahora no quiero ni imaginarme lo que vamos a tener que esperar para repartirnos mamporros entre jugadores, algo que sin duda alargará la vida del juego considerablemente.

Conclusiones

Diablo 3 llega para convertirse en el rey del género por el momento. Esto lo consigue, sobre todo, a la sabia decisión de no tocar demasiado los elementos que funcionaban y al lograr un gran equilibrio entre las diferentes clases.

Además, adornar toda esta formula con unos gráficos a buen nivel y unas sorprendentes cinemáticas hacen que el resultado gane enteros.

Sin embargo, la terquedad de Blizzard con su particular DRM y los problemas que han sufrido multitud de usuarios en las primeras semanas de vida del juego, hacen que el mismo se aleje de lo que podría haber sido la nota del año. Cuidado con Torchlight 2, Diablo. [87]

Lo mejor

– Las cinemáticas
– Curva de dificultad perfecta
– El equilibrio entre clases
– Tremendamente adictivo
– La facilidad para conectarse a las partidas de nuestros amigos

Lo peor

– Los continuos problemas con los servidores lastran la calidad del juego
– No incluir el modo PvP de inicio

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