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Don’t Starve

Don't Starve

Don't Starve

Por recomendación de jaumeAV he rescatado de mi librería de Steam Don’t Starve, uno de esos juegos con los que te haces durante los períodos de rebajas por sonarte el nombre y tener unas críticas decentes pero que luego no les prestas atención, en detrimento de otros títulos más mainstream, con más propaganda. Don’t Starve, sin embargo, me ha demostrado en las primeras horas de acción que merecía una mejor suerte.

No te mueras de hambre… ni dejes que los monstruos se alimenten de ti.

Lo primero que me gustaría destacar es que la fórmula que Don’t Starve ofrece no es estrictamente nueva, sino una versión de la fórmula Minecraft: investiga, recolecta y guarécete al llegar la noche, que es cuando los peligros de verdad aparecen. El aspecto visual es donde Don’t Starve encuentra su lugar, con un estilo que recuerda a las cintas de Tim Burton. La fórmula jugable, en cambio, se ha reducido casi a su mínima expresión, resultando el título toda una declaración de intenciones. Lo importante es sobrevivir, eso es lo que puntúa y lo que nos otorgará puntos de experiencia con los que podremos desbloquear nuevos personajes.

Con la cámara en tercera persona se echa de menos un control con pad, y más teniendo en cuenta que sus responsables, Klei Entertainment, están adaptando el juego para PS4. De momento en PC hay que jugarlo con teclado y ratón, pero no sería de extrañar una venidera actualización para aceptar el control con mando, al más puro estilo consola.

Don’t Starve es una vuelta de tuerca bastante más asequible que Terraria al concepto de juego que popularizó Minecraft. Es capaz de enganchar al jugador desprevenido. El resto seguramente verán en él un título al que poder dedicarle unas horas con una sonrisa en la cara. Eso sí, difícilmente será el juego de tu vida.

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