Tras el genial paso de Star Wars, Naruto e Indiana Jones por Fortnite en esta temporada, el gigante Dragon Ball ha aterrizado desde hace unos días en el Battle Royale más exitoso.
Más allá de la lectura que les neófites hacen – unas skins de Goku, Bulma, Vegeta y Beerus, a personajes que usan armas de fuego – lo cierto es que hay que reconocer el esfuerzo de Epic en crear una experiencia única en la que la obra de Toriyama influencia el gameplay de una forma definitiva.
Y es que, más allá de misiones en las que elementos de Dragon Ball como la casa Kame hacen acto de presencia, y de las ya mencionadas skins, el meta de Fortnite ha cambiado rotundamente por la presencia de dos items clave: la nube Kinto y el ataque Kamehameha. Va incluso más allá de la revolución que supuso el poder de Spider-man de balanceo, que sigue disponible a través de un item que ya se desmarca de la IP de Marvel.
La nube Kinto permite el ascender rápidamente a los cielos y planear durante unos segundos, proporcionando una ventaja estratégica muy importante, sobre todo por la velocidad en la que nos podemos escapar de situaciones comprometidas o conseguir destrozar la posición del enemigo. El Kamehameha, por su parte, es un ataque de un poder loco, absolutamente roto, que permite kills casi instantáneas desde posiciones muy lejanas.
Ambos se pueden conseguir recogiendo por el escenario las cápsulas que irán cayendo de forma aleatoria, a modo de drop, o comprados en las máquinas por 250 monedas cada uno. Una cantidad de oro que, teniendo en cuenta la ventaja competitiva que ofrece cada uno de los elementos, es una ganga.
Epic ha conseguido adaptar el meta de Fortnite a Dragon Ball y eso hay que aplaudirlo. La colaboración va mucho más allá de skins visuales, reventando el meta que existía, aunque ya se sabe: los haters seguirán hateando.