Si eres padre (o madre) espero que nunca te encuentres en la misma situación que los responsables de That Dragon, Cancer. El hijo de la pareja de creadores del juego sufrió esa maldita enfermedad y murió siendo muy niño.
Lo que en un principio nació como el diario de un milagro, pues no perdían la esperanza de que su hijo se salvara, ha acabado convirtiéndose en una carta, un testimonio, sobre esa enfermedad terrible y sobre las cosas que acabamos echando de menos cuando alguien desaparece de nuestras vidas.
That Dragon, Cancer es un proyecto que busca financiación en Kickstarter. Lleva un buen ritmo de backers y seguramente conseguirán los fondos necesarios para acabar la obra. Te aviso, el siguiente vídeo, la presentación del proyecto, te puede tocar la fibra sensible, como me ha pasado a mi. Es un videojuego, pero de juego no tiene nada. El Medio madura a pasos agigantados y quizá este sea el mejor camino: abandonar los cuentos de hadas y las guerras intergalácticas y pasar a retratar la vida de las personas que juegan. Porque la realidad, como se suele decir, supera a la ficción. Por eso quizá en That Dragon, Cancer, no hay puntuaciones ni puzzles. Se trata, simplemente, de presenciar. Y de sentir.
Creo que es importante destacar que hay un documental en marcha sobre el proceso de creación de That Dragon, Cancer, que cubrirá, con suerte, todo el proceso creativo del videojuego, asumiendo que sus responsables puedan conseguir la financiación necesaria. Mis euros ya los tienen, solo con el vídeo de presentación de su proyecto me han emocionado más que en las millones de guerras virtuales en las que he combatido.
Tienes casi un mes para apoyar a That Dragon, Cancer en Kickstarter.