No jugué a Dragon’s Crown (Atlus/Vanillaware, 2013) en PS Vita. La ¿última? portátil de PlayStation pasó por mis manos, pero fue una relación efímera.
Quemé Virtua Tennis y Everybody’s Golf y le di a Lumines, pero me deshice de ella rápidamente, algo de lo que me he acabado arrepintiendo, no por contar precisamente con mucho tiempo para darle sino por la fantástica pantalla de la que está (¿o sería más correcto decir «estaba»?) provista y por algunos de los juegos que fueron lanzados para ella. Entre ellos sobresalía Dragon’s Crown, un brawler con toques de RPG del que todo el mundo hablaba maravillas y yo solo identificaba por los atrevidos diseños de los personajes femeninos del juego.
Sí, Dragon’s Crown también estaba disponible en PS3, pero lo cierto es que lo tenía etiquetado como un juego que, a pesar de brillar en Vita, en una consola de sobremesa con cara y ojos y un catálogo tan potente como el de PS3, tendría más problemas. Vamos, que lo dejé pasar.
Ahora, con el lanzamiento de Dragon’s Crown Pro, al fin he podido meterle mano. Y lo cierto es que lo estoy disfrutando como un enano, dándome cuenta que hice mal en no darle una oportunidad en la sobremesa de Sony de la generación anterior. Cuántas veces he intentado re-enamorarme del género de Yo contra el Barrio, principalmente volviendo a algunos de los juegos que hicieron grande, y darme de bruces con que la nostalgia no es capaz de sobrevivir a los nuevos estándares.
Pero en Dragon’s Crown Pro la cosa cambia. Combinando magistralmente un soft Rol con una estética y un rollito muy Darkest Dungeon con los Brawler arcade estilo Golden Axe, el juego de Atlus es capaz de convencer a los que sean capaces de ver más allá de su extremadísimo diseño gráfico.
Y es que el brutal arte del juego, que en más de una ocasión me ha dejado absolutamente alucinado y que me ha empujado a dejarme un dineral comprando el escueto art book de la edición coleccionista que apareció para PS3 y Vita, desvaría, por decirlo de alguna forma, a la hora de retratar a las figuras femeninas. Pechos enormes y vestimentas extremas en un ejercicio que le hace más bien un flaco favor, porque es fácil que el espectador ocasional decida otorgar una etiqueta a Dragon’s Crown que el juego sin duda merece, pero que no debería acabar por definirlo. Porque Dragon’s Crown Pro es un juegazo a pesar de alguna desafortunada licencia.
Si te gustan los Brawlers y echas de menos uno con cara y ojos, Dragon’s Crown Pro es para ti. En el caso de que te encuentres en mi misma situación y no lo jugaras en su momento, esta es la oportunidad idónea. Entretenido, vistoso a nivel gráfico y muy cuidado a todos los niveles, incluyendo la elegantísima banda sonora, el título distribuido por Koch Media merece tanto tu atención como tu dinero.
Como me gusta Vanillaware y como me gustó Dragon’s Crown, es un juego imprescindible para cualquiera al que le guste dar mamporros. Mucho contenido y horas de juego.
Yo este ya lo fundí en PS3. Si no fuera exactamente lo mismo y trajera alguna novedad jugable/de contenido, caería sin dudarlo. Pero siendo lo mismo sólo con más resolución (y creo que banda sonora re-grabada, pero no estoy seguro)… muy a mi pesar voy a pasar del juego.
Un punto muy positivo es que, si no lo he entenidido mal, tiene cross-save, así que podría recuperar mi partida de PS3 (que tengo subida a la nube) para seguir en este por donde lo dejé (creo recordar que le di dos vueltas a la historia y me faltaba pasármelo una tercera vez.