«Los shooters actuales son una mierda». «Ver como los enemigos se agachan y se levantan, se agachan y se levantan es lo más aburrido que hay». Con similares sentencias definía Stuart Black el status quo de los videojuegos de acción en primera persona. Y el co-creador de Black tiene la solución en Bodycount, una «orgía de balas, masacre y destrucción«. Y al menos esos aspectos los cumple, aunque está por ver si consigue evolucionar el género. Personalmente lo veo muy parecido a Bulletstorm, lo que no es malo de por sí.