El Agente 47 es un conquistador

Hitman: Absolution me ha sorprendido. Me esperaba un título conservador, sin florituras, directo, y, en cambio, me he encontrado con un juego cuidadísimo, con ganas de gustar y rejugable como él solo. Quizá no sea el GOTY 2012, pero nadie le podrá negar su condición de un escudero de muchos quilates, casi ocho.

Bienvenido a mi mundo

Bienvenido a mi mundo

Nota: Este análisis no cubre el Modo Contratos

Lo que primero que destaca de Hitman: Absolution es su gran ambientación. Realmente consigue transportarte a un mundo oscuro, en el que la vida del resto de personajes depende de tus decisiones, que tú decides quién vive y quién no. Incluso cuenta con momentazos de humor negro, sobre todo en relación a lo trivial y efímera que es la vida. No te voy a reventar ninguno, pero te sugiero que te fijes mucho en todo lo que pasa a tu alrededor y a las acciones de los NPCs, porque hay situaciones realmente brutales que parecen sacadas de películas de Guy Ritchie y de Quentin Tarantino. Con ese bagaje y experiencias, el Agente 47, con sus actos, hará de Ángel Justiciero y decidirá quién vivirá y quién no. Objetivo aparte, claro está.

Dicha ambientación se ve complementada con un gran doblaje, tanto por calidad como por cantidad de líneas leídas. Los NPCs hablan entre ellos, mantienen conversas con el móvil, contando historias virtuales que dan ganas de escuchar a hurtadillas. Esto los humaniza y, a pesar de que la IA está repleta de rutinas de movimiento predecibles – al menos en dificultad Normal, uno no tiene la sensación de estar jugando contra bots, como sí que me parecía en AC: Liberation.

Además de los objetivos de cada nivel, habrá diferentes retos que evaluarán nuestra actuación y que nos permetirán desbloquear nuevos movimientos para el Agente 47. Utilizar elementos del nivel como armas, no cambiar de ropa o no ser descubierto nos otorgará unos puntos extra en nuestra evaluación de juego, puntos que servirán para desbloquear o mejorar habilidades que podremos utilizar en los siguientes niveles. Sin duda, un gran acierto que aumenta la rejugabilidad.

Mención aparte merecen los asesinatos en si. Desde empujar a un tio por la ventana, pasando por cortarle el cuello con un cuchillo de cocina o acuchillarle con un tornavís, reventarle la cabeza con una llave inglesa o ahogarle con una cuerda. Luego estará la segunda parte, el deshacerse de los cadáveres. Tardarás poco en aprender en que una muerte sin sangre es más eficaz de cara a pasar desapercibido.

Me han dicho que te han visto...

Me han dicho que te han visto…

Una Cara B con calidad
Pero donde Hitman: Absolution da un golpe sobre la mesa es en los tiroteos. ¿Un juego de infiltración con acción a saco como alternativa? Genial. Es el mismo concepto que en Dishonoredsalvando las diferencias: permitir al jugador que escoja cómo quiere jugar. O, en el peor de los casos, si falla la infiltración que el juego no se convierta en un producto de segunda, en una cara B.

Para ser exacto, Hitman: Absolution no es únicamente un juego de infiltración, sino de Gato y Ratón. Empezaremos la gran mayoría de los niveles siendo el ratón, mientras que los gatos son las fuerzas de seguridad de nuestro objetivo, la policía y todos los obstáculos que se interpongan entre 47 y la ejecución del contrato. Pero cuando consigamos conocer el mapa del nivel y pasemos a tener controlada la situación, los enemigos pasarán a ser los ratones. Y nosotros empezaremos a relamernos los bigotes.

Y eso que Hitman: Absolution pone muchas facilidades a los que sobrevivimos en los juegos gracias a la ancestral técnica de la Prueba y el Error, sobre todo en los niveles bajos de dificultad. Así, podremos volver al último punto de control sin penalización. Para los hardcores, claro, la cosa cambia, y el juego de IO Interactive podrá suponer un reto tan complicado como ellos quieran.

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Gráficamente ha sido toda una sorpresa, está cuidadísimo, al nivel de las grandes producciones del sector. El Agente 47 puede interactuar con muchos elementos de los escenarios, que están repletos de detalles y lucen un gran aspecto. Lástima de detallen que pasan factura a las sensaciones, como paredes invisibles que nos impiden investigar tanto como a veces nos gustaría. Pero no sería justo que este error de diseño nos hiciera olvidar de sus múltiples aciertos a nivel de jugabilidad.

Hitman: Absolution es uno de esos títulos de los que no esperas nada especial – reconozco que no soy seguidor de la saga, pero que te dejan perplejo por su calidad. Aunque no llega al nivel de los más grandes de este 2012, como son Dishonored y Halo 4, sí que presenta sus galones como juego con fundamento y calidad como para enamorar a los fans de León. Y no me refiero a Kennedy. [85]

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