Aunque está aún a años luz de que podamos poseerlo con estas maquiavélicas manitas que tenemos hipermusculadas de tanto pulsar botones, Bioshock Infinite comienza a oler a la secuela que Bioshock 2 (aka Bioshock 1.5) no supo ser.
En este último vídeo podemos ver incluso algo de gameplay y a pesar de que los splicers no parecen haber variado significativamente, sí lo hace ese maravilloso entorno aéreo que promete dotar de frescura a una franquicia que parecía cerca de estar agotada.