No todo se puede comprar, es algo que se sabe de aquí a Japón, pero a veces, solo a veces, el dinero si puede traer algo de felicidad. Hoy me ha pasado, lo juro, he ido a visitar una nueva tienda de artículos de segunda mano que han abierto en mi ciudad y allí, por un pequeño puñado de euros, he podido comprar tres de las mejores consolas de la historia de los videojuegos. ¿Os imagináis cuales son?
Por algo menos de 80 míseros euros, poco más de lo que cuesta un videojuego, he podido hacerme con estas tres bellezas que podéis ver a continuación:
La emoción ha recorrido mi cuerpo al ver estas preciosidades en la tienda y no he podido evitar el recordar el poco valor que le daba a las cosas cuando era un crío, dejaba los mandos tirados por cualquier lado, le daba mamporros a las consolas cuando no funcionaban… y así quedaban.
Por eso ahora van a ir a mi cuarto del vicio, a mi pequeño rincón de los tesoros, donde puedo volver a mi infancia, a disfrutar de aquellos míticos juegos… aunque ya ni me acuerde de que para jugar antes he de sintonizar mi consola…