Cuando hablamos de historia del videojuegos nos referimos a cada ciclo enumerando cronológicamente la generación a la que pertenece. Actualmente estamos en el octavo de esos ciclos, el de PS4 y Xbox One más una parte de Wii U, aunque ésta lo haga más por cuestiones de contexto temporal que por tecnología. Sin embargo, creo que eso se va a acabar.
Decía Ray el otro día en los comentarios que debíamos ir olvidándonos de esos ciclos de siete u ocho años en el mercado de las consolas, ya que la tecnología está avanzando tan rápido que cuando nos queremos dar cuenta tenemos el hardware desfasado. A eso quiero añadir yo noticias como que los teléfonos móviles serán en 2017 y 2018 más potentes que la generación actual.
En estas tesituras, ¿quién piensa que tendremos PS4 y Xbox One por más de un lustro? Si es que al final, que es adonde quiero llegar, tiene sentido que Sony haya decidido ponerse manos a la obra con una PS4 con un hardware más potente para poder ofrecer a todos aquellos que quieran una alternativa que se equipare con el PC sin que ello impida que tanto los 36 millones de compradores de PS4 puedan acceder al mismo catálogo que la presumible PS4 Neo.
Así las cosas, estaríamos hablando de un mercado similar al del PC en pleno 2016, donde yo puedo tener un equipo de 700 euros y tú otro de 1500; en tu caso lo verás todo que parecerá el paraíso digital, mientras que yo me tendré que conformar con algo más terrenal. Sin embargo, ambos tendremos lo mismo. ¿Es eso lo que busca Sony? Yo creo que sí, y pienso que es a lo que deberíamos ir acostumbrándonos ya no solo durante un ciclo de consolas sino desde el inicio de la próxima, donde no me extrañaría nada que saliesen al mismo tiempo varios modelos con diferentes especificaciones pero compartiendo catálogo.
Una cuestión de vitaminas. ¿Se acabaron las generaciones?