Recuerdo cuando era niño que jugaba con petardos. Mis padres, sensatos, no me dejaban comprarlos y efectivamente, no los compraba: iba de gorrón. En cuanto me prestaban uno lo ponía en un truño de un perreque o en cualquier otro deshecho que una vez explotara pudiera manchar a cuantos hubiera en las proximidades. ¡Ay la de plumas que han acabado llenos de caquita! Pero todo termino cuando un día fue el padre de Leslie a recogerla al colegio: le faltaban tres dedos de una mano. Nos contó a todos los niños que le explotó un petardo en la mano y nos entró miedito. Posiblemente nos mintió y los perdió trabajando con una radial o por aplastamiento en la obra. Pero nos lo creímos. Yo dejé de inmediato de usarlos y el resto de amigos esperó hasta que le reventaron el tímpano al Vinchu. Niños…
Hoy Sony nos cuenta una historia que me recuerda, a grosso modo, a la del papá de Leslie. El nuevo firmware 3.50 de PlayStation 3 desactiva los mandos de control no oficiales de Sony, los creados y vendidos por otras empresas. Según el comunicado de la nota de prensa, Sony «avisa a los consumidores que sean cuidadosos a la hora de comprar mandos inalámbricos para PlayStation 3 de ciertas fuentes debido a que su calidad, confiabilidad y seguridad no es segura y, en algunos casos, pueden resultar peligrosos. Es posible que algunos productos falsificados puedan explotar o arder, dañando al usuario».
Posiblemente, y dios me libre de hacer juicios inoportunos o injustos, el motivo sea otro. Pero, ¿quién va a arriesgar sus deditos cuando papá Sony te dice que los puedes perder?