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El papel de la prensa del videojuego o EA, úntanos de pasta

No os voy a engañar. Escribo porque me gusta, porque me sirve para expresarme y para que los que se pierdan navegando por Internet y acaben aquí tengan algo que leer. Principalmente por ésto último. Ya ves, la esperanza es lo último que se pierde. No mucho más tarde que el orgullo, eso sí.

Así que visto que aquí me tenéis. Tras tantos años en ésto y no haber conseguido recalar en la redacción de Hobby Consolas, mi sueño más oscuro y secreto, he acabado montando un blog con mi colega Toño. Toño, saluda al respetable. En él, espero que podamos opinar libremente del sector y asistir a eventos guays, que nos regalen juegos y consolas y cubrirnos de gloria y dinero. De momento, vamos bien, cumplimos el propósito de opinar libremente. Lo demás ya llegará con el tiempo… O eso pensaba hasta esta mañana, cuando he leído la actitud de EA, una compañía que, según parece, no se sonroja al censurar a determinados medios no afines al 100% con ellos.

Las revistas del sector del videojuego, como todas las relacionadas con hobbies, están atiborradas de publicidad. Pagamos por leer anuncios, crónicas de eventos, por entrevistas a jefes de producto. Imaginaros haciendo lo mismo con el Relaciones Públicas de Scotex. Y no me digáis que no es lo mismo, porque yo cuando voy al lavabo me lo paso bien. Disfruto. Mucho más que con determinados juegos de EA. Eso sí, Los Sims me gustan. Qué le voy a hacer, mi madre, de pequeño, me situaba en primera línea de las rebajas del Corte Inglés. Estaré sufriendo secuelas irreversibles. Diazepan, por favor (es que también jugaba al Metal Gear Solid).

No nos desviemos. La cuestión es que compañías como Electronic Arts, la líder mundial en venta de software de entretenimiento, han decidido, unilatelarmente, que su dinero es demasiado bueno como para comprar sólo publicidad. Es más, se consideran tan buenos y tan influyentes que se creen con la potestad de poder seleccionar los medios de ¿crítica? especializada que van a defender mejor sus intereses. Su mierda es demasiado buena para que la huelan los no coprofágicos. Algo totalmente lícito, supongo, son sus juegos y se los enseñan a quien quieran. Es su Scattergories y se lo llevan. Obviando la patada en los innombrables de la libertad de expresión que eso supone, que ya es obviar, yo me pregunto, ¿No les saldría mejor la jugada si directamente sacaran su propia revista al mercado? Con el dinero que tienen seguro que les quedaría mejor que la Edge, la Famitsu y el Jueves juntas. Yo prometo leerla. O al menos llevármela al lavabo.

No es la primera vez que me entero de algo así. Ni EA la única que utiliza este tipo de prácticas, lo que pasa es que esta compañía tiene menos mano izquierda y es menos diplomática que las demás. La prensa del videojuego crítica no interesa. Sólo interesa para promocionar juegos y punto. Todo es una pantomina. La independencia real sólo existe en la mente de cada uno. Y en las páginas de Edge, claro está. Dios – aka Miyamoto – salve a Future Publishing del bache económico en el que se encuentra. Amén. Digo «It’s me, Mario!».

Así pues, visto el panorama, he decidido que voy a vender mi opinión al mejor postor. Así seguro que podré asistir a los eventos más chulos, jugar a los mej…, bueno, jugar a los juegos antes que nadie y ser la envidia de la blogsfera mundial. De eso se trata, ¿No? Aunque, ahora que lo pienso, después de que algún sicario de EA le pegue un repaso a este blog y encuentre artículos como el MicroAnálisis de FIFA 2007, no creo que mi oferta les interese. Lástima.

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