El rol vuelve a lo grande en Dragon Age: Inquisition

Estoy empezando a jugar a Dragon Age Inquisition en PC, como hice con los anteriores de la saga, y calculo que llevaré unas 4 o 5 horas jugadas. Voy a guardar la partida y… ¡casi 20 horas! ¡Dice que llevo casi 20 horas de juego! Se me está pasando el tiempo volando con esta nueva entrega que nos ha traído Bioware.


Obviamente lo que acabo de decir es una exageración, pero me ha ocurrido. Cuando quise fijarme que al guardar partida ponía el tiempo de juego, marcaba 7 horas (no seguidas) y yo pensaba que llevaba 3 como mucho. Había estado jugando más del doble. Hacía bastante que no me pasaba algo así con un juego.

Lo cierto es que estaba dudando si comprar el juego de salida o no. Origins, el primer Dragon Age, me encantó, tanto el juego como su expansión. Pusieron el listón muy alto. En cambio, la segunda parte, aunque me gustó, supuso una decepción para mi.

La historia era mucho menos épica que la del primero, pero eso no es un problema para mi. De vez en cuando viene bien no ser el salvador del universo. El sistema de combate era una evolución del anterior y creo que lo mejoraba bastante, aunque la pérdida de la cámara táctica no me hizo ninguna gracia. Pero el problema estaba en las localizaciones del juego. Había cuatro. La ciudad, la costa, un pequeño bosque, una cueva y poco más, y todo se repetía hasta la saciedad. El mismo juego, con la misma historia y misiones secundarias pero más variado en cuanto a lugares que visitar le habría sido un cambio increíble.

Así que como he dicho, estaba dudando de esta tercera entrega, pero finalmente me decidí a no esperar. Son buenas fechas para un juego largo. Lo puedo empezar ahora y darle caña en Navidad, cuando tenga unos cuantos días libres para mi uso y disfrute.

Con el cambio de motor gráfico con respecto a los anteriores, no sabía si el juego iba a parecer algo totalmente nuevo o no. Desde el primer momento se nota que es un Dragon Age. Mismo estilo gráfico, mismas animaciones, mismo sistema de combate, mismos personajes cubiertos ridículamente de sangre en las conversaciones, mismo espíritu. Sin duda, pertenece a la misma saga. Eso sí, con mejores gráficos, como es lógico con el paso de los años.

Al empezar a jugar me encontré con sensaciones encontradas. Me estaba gustando revivir la esencia de Dragon Age, pero encontré problemas muy gordos, al menos en la versión de PC. Tras configurar el aspecto de mi personaje, un señor mago, aparecí con un traje entre azul y morado bastante interesante, no parecía la típica ropa de novato de un juego de rol. Pero he aquí mi sorpresa cuando pocos minutos después, tras una corta secuencia, me dan… ¡un arco! ¡Eh… que yo soy mago, dame un bastón! y además mi ropa ha cambio de repente, ahora llevo un pijama blanco. Sumado a esto, los diálogos me tratan en femenino. Había dicho que era un señor, ¿verdad? Me consta que estos errores le han ocurrido a más gente. Así que empecé una partida nueva y ahora sí, tenía la ropa correcta desde el principio, me dieron el bastón de mago que reclamaba y me trataban de usted. Bueno, de usted no, pero sí en masculino.

Pero bueno, dentro de lo malo, esto no es más que un bug con fácil solución, aunque de una mala impresión inicial. Después sólo me he encontrado con otro (o al menos sólo me he dado cuenta de otro). Hay veces que en la rueda de conversación (en la que eliges la respuesta), el ratón no funciona. Sólo ocurre muy de vez en cuando, pero molesta, porque aunque se puede hacer la selección con el teclado, se pierde la información de qué tipo de respuesta es (que se muestra con un gráfico en el centro de la rueda al pasar el ratón por encima). Con el teclado se ve el gráfico de la que has seleccionado, pero no el resto. Y me ha pasado a mi, en mi PC con mi copia del juego y también a mi hermano, en su ordenador con su copia, así que parece que tampoco es un caso aislado.

Y ahora toca lo que no me ha gustado y me parecen problemas gordos de diseño (parece que detesto el juego, menos mal que he empezado diciendo que me está encantando). La interfaz y la cámara táctica (que vuelve después de su ausencia en la segunda parte) tienen serios problemas, al menos en PC. Para resaltar los objetos interactuables hay que acercarse mucho a ellos o pulsar la V, que activa una especie de radar que resalta dichos elementos. La verdad es que uno se acostumbra relativamente rápido, pero al principio es un incordio.

Luego está la interacción con dichos objetos. Era de esperar que al hacer clic derecho con el ratón sobre uno de esos objetos, el personaje corriera hacia ellos y los recogiera. Pues no funciona así. Toca ponerse al lado, casi pisándolos, y entonces ya sí, haces clic, el personaje se agacha y los recoge. ¿Por qué se agacha? Queda muy bonito las primeras cinco veces, pero a la sexta ya cansa. Ayuda a la inmersión pero pausa demasiado la jugabilidad. Habría sido mejor quitar la animación y dejar sólo el mensaje indicando que el objeto se ha recogido, teniendo en cuenta que es bastante habitual agacharse cada dos por tres para recoger plantitas y otros materiales que necesitaremos para la fabricación de pociones, armas y armaduras. Después de unas pocas horas descubrí que pulsar a la F hace lo mismo que el clic derecho y mitiga un poco la tarea. Mejor acercarse y darle a la F que acercarse, apuntar con el ratón al objeto y hacer clic. Es bastante más rápido.

Más cosas malas de interfaz… la gestión del inventario. No falla, pero cuesta moverse entre los personajes y objetos. Esta parte necesita en mi opinión un rediseño completo. Si su uso fuera de forma esporádica no supondría un problema, pero vamos a tener que visitarlo muchas veces. Lo que sí falla es el diario. Es un menú que muestra todas las misiones activas, que suelen ser muchas y están divididas en grupos, uno por cada zona del juego. Cuesta desplegar los apartados de este menú. A veces se despliega la zona sobre la que haces clic, a veces se despliega otra completamente distinta.

En cuanto a la cámara táctica, es como si no estuviera. Para poner esto mejor no ponerlo, como hicieron en el 2. Se aleja muy poco de la acción, debería poder ponerse mucho más arriba, para ver algo de verdad. Y los controles tampoco ayudan, se hace bastante difícil de manejar. Se que ha habido bastantes quejas de algunos de estos aspectos de cámara e interfaz que acabo de comentar (no se si de todos) y han dicho en el foro oficial que los van a revisar para la versión de PC. A ver si es verdad.

Con las cosas malas creo que ya he terminado. Me he extendido más de lo que me hubiera gustado con esta parte, pero ya se sabe, hablar mal de las cosas (o de la gente) siempre es más fácil que hablar bien. Un se despacha y se queda a gusto. A pesar de todos estos problemas que he comentado, quiero volver a dejar claro que es un juego sobresaliente. Tiene los problemas gordos que he comentado, pero sus partes positivas los compensan completamente.

La narrativa siempre ha sido uno de los puntos fuertes de Bioware y este caso no es una excepción. Está todo muy bien contado, con la misma mecánica que los anteriores, con secuencias de vídeo generadas en tiempo real por el motor del juego, diálogos entre personajes con múltiples opciones de conversación diferentes, elecciones que afectan a la trama y multitud de fragmentos de texto repartidos por todo el mundo.

La historia resulta muy interesante. En las 20 horas que llevo jugadas no han pasado muchas cosas, pero las que han pasado han sido muy gordas. El juego sabe mantener muy bien el interés por el argumento, al menos en estas primeras horas de juego. En parte gracias a los acontecimientos que se narran y en parte, por desgracia, a la intrascendencia de la mayoría de misiones secundarias. Hay muchísimas, pero la mayoría carecen de interés argumentalmente hablando. Muchas son misiones de recadero. Así que en lugar de intentar acabar con todas las misiones opcionales antes de seguir con la principal, el juego invita a ir intercalándolas.

Los lugares que se pueden visitar son muchos y variados. Hay varias zonas grandes de exploración, muy muy grandes, en las que descubrir muchos secretos y completar todas esas misiones secundarias, que gracias a los parajes en los que hay que realizarlas, se hacen bastante amenas, a pesar de lo comentado en el párrafo anterior. Aún no he visto todas estas zonas de exploración, pero las que he visitado tienen muchísimo contenido y son bastante diferentes entre sí.

Una vez desbloqueada una de estas zonas, podremos recorrerla a nuestro antojo, sin limitaciones, salvo las que nos imponga el nivel de los enemigos que vayamos encontrando. Pero si lo que queremos es explorar, siempre podremos intentar esquivarlos, ya sea a pie o a caballo. Se pueden conseguir varias monturas distintas en aspecto, para movernos más deprisa. Aunque me hubiera gustado que fueran un poco más rápidas. De todas formas, siempre cabe la posibilidad de teletransportarnos entre los distintos campamentos que hayamos montado/desbloqueado en cada una de las zonas.

La historia principal, además de desarrollarse en parte en esos parajes, también tiene zonas exclusivas que no se pueden visitar de otra manera, como castillos y grutas. Al menos hasta ahora no he podido volver a algunos de esos lugares. Quién sabe si se podrán volver a explorar cuando avance un poco más en la trama.

Dejando de lado la cámara táctica, el sistema de combate funciona muy bien. Es una evolución del ya visto en los anteriores. Se puede parar la acción en cualquier momento y dar órdenes o directamente pasar a manejar a otros personajes distintos del protagonista. Eso sí, han desaparecido las magias de curación. Ahora, para recuperar vida durante o después de las luchas, hay que echar mano de un inventario limitado de pociones, que se recarga en los campamentos o en nuestra base.

En cuanto a opciones de personalización, hay un buen montón. A la hora de crear nuestro personaje, a parte del sexo, tendremos que elegir su raza (humano, elfo, qunari o enano) y su profesión (guerrero, pícaro o mago). Los compañeros que iremos reclutando tienen una variada mezcla de esas características de personalización, para que tengamos un poquito de cada cosa en nuestra partida.

También tenemos bastante libertad a la hora de elegir las habilidades (activas y pasivas) que queramos ir aprendiendo cuando subamos de nivel. Y si nos arrepentimos de nuestras opciones o, simplemente, queremos probar otras cosas, se puede comprar un objeto que nos permite reasignar dichas habilidades. Nuestro grupo activo es de cuatro personajes, incluyendo al protagonista, pero van ganando experiencia todos a la vez, incluso los que no vayan con nosotros. De esta forma se fomenta cambiar los integrantes del grupo con mucha frecuencia, sin que haya unos claramente mejores que los otros. Igual que con el protagonista, también podemos elegir las habilidades de nuestros compañeros. Pero si no nos apetece, se nos da la posibilidad de que sea el sistema el que haga la elección por nosotros.

Cada profesión tiene su propio tipo de armas y armaduras. En algunos casos, hay equipo que es para una raza en concreto, aunque este es más bien escaso. Además del que se puede comprar (que suele ser el peor), también se puede conseguir equipo de más calidad en cofres, lo soltarán los enemigos al matarlos o podremos fabricarlo nosotros. También existe la opción de mejorar el equipo añadiéndole piezas. Al conseguir equipo mejor, es buena idea quitarle esas piezas al antiguo para conservar las mejoras antes de venderlo.

Si artísticamente el juego sigue la línea de los anteriores, técnicamente el apartado gráfico luce muy bien, sobre todo en los escenarios. Aunque son muy grandes, tienen bastantes puntos de referencia, para no perdernos. En un sitio nos encontramos una gruta muy característica, en otro unas ruinas, en otro un risco o una granja. Pero si alguien se perdiera, siempre puede echar mano del mapa, que está muy detallado y contiene gran cantidad de información.

Para los más sibaritas, me gustaría comentar que aunque el juego no tiene bloqueo de fotogramas por segundo, las cinemáticas y diálogos se reproducen a 30 FPS. Y no es el primer juego en el que veo que ocurra esto. En el Far Cry 4, por ejemplo, ocurre lo mismo a pesar de que usa un motor gráfico distinto (Frostbyte 3 para DA:I y Dunia Engine 2 para FC4). De todas formas, no es algo que moleste en absoluto. Yo sólo me di cuenta porque tenía el NVIDIA ShadowPlay activado, que muestra la tasa de fotogramas por segundo (entre otras cosas). De no ser así, no me habría enterado.

La banda sonora de los juegos anteriores me encanta y la escucho de vez en cuando. Está compuesta por Inon Zur. Así que cuando me enteré que para esta tercera entrega habían cambiado de músico me llevé una pequeña decepción. Después vi que el nuevo compositor era Trevor Morris y me alegré de nuevo (una de sus bandas sonoras es la de la serie Vikings que es otra de las que escucho siempre que puedo). Pero de todas formas, cuando me puse a jugar, si me quedaba alguna duda, desapareció. El aparatado musical es muy alto. Especialmente llamativas son las canciones que se pueden escuchar al entrar en las tabernas, que curiosamente no están en la banda sonora que se ha puesto a la venta.

Junto con la enorme campaña, también existe un modo multijugador que recuerda al ya visto en Mass Effect 3. Son partidas cooperativas para 4 jugadores, con bastantes personajes a elegir que van subiendo de nivel a medida que jugamos a las distintas fases disponibles. En cada partida se consigue dinero para comprar cofres con objetos aleatorios (estos cofres también se pueden adquirir mediante micropagos, exactamente igual que en Mass Effect 3). Lo poco que he probado resulta bastante entretenido, aunque no puedo hablar mucho más de este apartado, puesto que casi todo mi tiempo de juego se ha centrado en el modo para un jugador.

Y poco más me queda que comentar del juego. Creo que ya he escrito bastante para unas primeras impresiones del juego. Tiene algunos problemas, pero en general, considero a Dragon Age Inquisition como uno de los títulos más potentes de este año. Al que le gusten los juegos de rol o la fantasía épica y, en especial, a los seguidores de las anteriores entregas, se lo recomiendo muy encarecidamente.

A parte de los juegos, las guías (en inglés) con muchísima información, el libro de arte de la tercera entrega (que tiene buena pinta, pero aún no tengo) y las bandas sonoras, hay varias novelas, escritas por David Gaider, uno de los guionistas de toda la saga. Por desgracia sólo el primero, El Trono Usurpado, está editado en España. Si no recuerdo mal, salió en las mismas fechas que Dragon Age Origins. Es de lectura ligera y se podría considerar una precuela del primer juego. Es bastante interesante para los que quieran iniciarse ahora en la saga, aprovechando las rebajas de estos días, en las que los dos primeros han estado en oferta. El resto de libros sólo está en inglés. Quizá algún día encuentre las ganas y me los lea.