Atrás quedaron los tiempos en los que la caja de la consola recién comprada sólo contenía la máquina, un mando, el cable de corriente y el de antena, y como mucho un mando extra o el dueto Super Mario World y Street Fighter o el hace poco remakeado Altered Beast. Diferentes tamaños de disco duro, accesos a redes de pago, cables de alta definición… La proliferación de periféricos ha llegado al mundo de las consolas y amenaza con quedarse. Y yo no es que me alegre, precisamente.
Más de uno se echó las manos a la cabeza al leer las declaraciones de Peter Moore en las que anunciaba el lanzamiento de un reproductor de DVD de alta definición conectable a la 360 para competir con el reproductor Blue Ray que la PS3 llevará de serie. !Un ex-Sega proclamando a los cuatro vientos que se iba a lanzar una especie de MegaCD para la consola estrella de su compañía actual! Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Pero en este caso quizá la piedra sea algo diferente. O por lo menos el camino en el que se encuentra.
La compañía de Sonic intentó alcanzar la posición de líder tecnológico en el mercado de videojuegos lanzando complementos para Megadrive que superaban el precio de la misma consola. El ya citado MegaCD o el MegaDrive 32X supusieron sendos fracasos de la estrategia de la empresa nipona en el mercado del entretenimiento doméstico. La causa, el alto coste de estos complementos, que a pesar de potenciar la capacidad de la máquina no ofrecían un auténtico salto generacional. Pero ninguna se libra. Nintendo también sucumbió a la posibilidad de ofrecer a los poseedores de N64 la posibilidad de aumentar la memoria de sus máquinas, adquiriendo una ampliación de RAM de la que harían uso juegos como Turok 2.
Al numerito de Peter Moore anunciando que GTA IV saldría a la vez en PS3 y Xbox, yo replicaría que la gula envidiosa de Microsoft es un atraso para el sector. Un atraso porque con ese anuncio no da al catálogo de Xbox 360 un valor extra de cara a los jugadores, sino que se lo resta a Sony. Nadie va a comprar Xbox 360 por tener GTA 4, sino que va a hacer que los que tengan Xbox 360 no adquieran una PS3 especialmente para adquirir el título de Rockstar.
Soy el primero en bajarme el video del último Final Fantasy para alucinar con su arte, o de reconocer las numerosísimas virtudes de jugar en PC, sobre todo en lo que respecta a la polarización de los géneros – los simuladores son realmente simuladores, juego online y el fácil acceso a nuevos contenidos. La posibilidad de acceder a los contenidos únicos creados por las comunidades de fans son impresionantes, como lo está demostrando el reciente Oblivion. El factor del precio de los juegos también hay que tenerlo en cuenta. Los juegos de PC suelen costar unos 20 euros menos que los de las consolas de sobremesa. Es decir, que la inversión destinada a las nuevas tarjetas gráficas, memoria RAM, etc. puede llegar a ser amortizada por los jugadores más golosos.
Lo que pasa es que quiero reivindicar la identidad de las consolas, su simplicidad tradicional, la idea de juguete tecnológico, de plug and play, conectar y listo. De que en la variedad está el gusto, que de nada sirve tener la Xbox, GameCube y PS2 si la mayor parte del catálogo es común para las 3. Y es que temo que el Virus PC provoque a la larga la desaparición de las consolas tal y como las conocemos. Y por una simple razón económica : ¿qué es más viable, que un jugador se gaste x dinero en potenciar 3 consolas o en mejorar un único PC? Si las consolas no quieren ver amenazadas su supremacía en el sector del ocio electrónico doméstico deberán ser más cerradas que nunca. Nada de ampliaciones de memoria. Nada de nuevos discos duros. Y sobretodo, que ninguna desarrolladora se relaje con Xbox Live y empiecen a lanzar juegos inacabados para más tarde colgar algún que otro parche. Porque eso no es avanzar, es retroceder. Y nadie quiere ser un cangrejo.