Es una lástima tener que comunicar esta noticia, pero el ciclo de la vida ha quiso ayer que Ralph H. Baer, considerado por muchos como el padre de los videojuegos, falleciera ayer a los 92 años en su hogar de New Hapshire. El encargado de comunicarlo ha sido uno de sus mejores amigos e historiador, Leonard Herman.
Ralph H. Baer nació en Alemania en 1922, con familia de origen judío y en la tesitura de huir del país escapando de los nazis tan solo unos meses antes de la Kirstallnacht. Primero lograron huir a Holanda y, finalmente, escaparon a EE.UU.
Durante su carrera profesional, fue el encargado de diseñar y patentar la que fuese primera videoconsola de la historia, Brown Box. Un par de años después llegaba al mercado con el nombre de Magnavox Oddyssey, aunque no fue ésta su única aportación a la industria sino que también fue pionero en lo que respecta al desarrollo de periféricos con la archiconocida pistola de luz. También llevó a cabo algún que otro proyecto en el mundo de la juguetería, como diseñar a Simon, fabricado posteriormente por Milton Bradley.
La última etapa de su vida estuvo marcada por el reconocimiento, recibiendo premios motivados por sus más de 150 patentes. En 2006, recibió la Medalla Nacional de Tecnología por George W. Bush.
Su amigo Hernan ha hecho hincapié en que hasta sus últimos momentos estuvo desbordante de entusiasmo, con montones de proyectos en su cabeza. Solamente hay palabras de reconocimiento y agradecimiento a un genio, que nos deja con la tarea de mantener la industria del videojuego tal y como él y otros tantos la concibieron en un primer momento.
Descanse en paz.