Icono del sitio Akihabara Blues

[Gamescom ’11] Prey 2, la sorpresa -personal- más ilusionante de la feria

No conocía Prey 2, no tenía ninguna referencia. Pero mientras me tomaba un café en el stand de Bethesda después de colarnos en busca de algún presskit molón – este año la cosa ha estado fatal -, a ambos se nos hizo la boca agua viendo un vídeo CGI de un juego que no acertamos a identificar. Tan sólo al final, cuando apareció el título, supimos a qué pertenecía esa sucesión de secuencias a lo Blade Runner meets Star Wars: Prey 2.

Lo que vimos resultó ser el trailer del E3:

El vídeo, como puedes ver, está completamente generado por ordenador y no era en tiempo real. Pero, como pude descubrir algo más tarde, tras infiltrarnos en una presentación privada del juego en la que nos enseñaron una partida ingame real, ese vídeo tenía mucho de real. Y no me refiero al acabado gráfico, sino a la mecánica de juego. En la secuencia un cazarecompensas persigue a un delincuente tras identificarlo con su HUD y obtener así toda la información necesaria para efectuar la detención y poder cobrar la recompensa. En el juego la cosa es exactamente igual: en un mundo futurista podremos interactuar con los NPCs como si de un GTA ligerito se tratara, buscando fugitivos, deteniéndolos y enviándolos a donde quiera que se les esté reclamando. Una mecánica que se ha sabido implementar perfectamente y que parece funcionar muy bien más allá de la novedad. Aunque claro, habrá que echarle horas para comprobar que realmente aguanta el tirón más allá de unas partidas rápidas. En cualquier caso, de los juegos que no tenía presentes por no haberles prestado atención hasta la fecha, Prey 2, junto a Witcher 2, fue el que más me gustó.

Por cierto, la conexión entre Prey y Prey 2 es el vuelo abducido del primero, tal y como se ve en el trailer. Representa que ese vuelo acaba en un planeta extraterrestre y que el protagonista de Prey 2 es la persona de a bordo del avión responsable de la seguridad. Tras un tiroteo, los aliens lo neutralizan, le borran la memoria y lo colocan como cazarecompensas en su mundo alienígena. Mientras nosotros nos quejamos de que apenas hay puestos de trabajo, los alienígenas tienen que recurrir a la abducción para poder encontrar trabajadores. Si es que Dios da pan a los que no tienen dientes.

Salir de la versión móvil