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Guacamelee! ¡Órale qué chido!

Hace más de un año que vi el primer trailer de Guacamelee!. Ha llovido mucho desde entonces (sobre todo el mes pasado) y ya me había olvidado del juego. Por suerte, Drinkbox Studios sí que se acordaba de él, ha estado trabajando duro en su desarrollo y la semana pasada lo puso a la venta, para PS3 y Vita. Y ha resultado ser un juegazo.

Guacamelee!La historia se centra en un pueblecito mexicano, en el que el malvado Carlos Calaca secuetra a la hija del presidente y nosotros, en el papel de Juan Aguacate, como buen héroe que se precie, tendremos que rescatarla. Con esta sencilla premisa comienza uno de los mejores juegos de plataformas que he jugado en mucho tiempo.

Lo primero que llama la atención es el apartado gráfico, que entra por los ojos. Todo está muy cuidado y no se hace repetitivo en ningún momento. A lo largo del juego, las distintas zonas que visitamos son lo suficientemente variadas para tener cada una identidad propia y los personajes protagonistas tienen un diseño magnífico en mi opinión.

Pero lo verdaderamente importante es la parte jugable. De poco sirve tener unos gráficos de escándalo si luego el juego no es divertido y ni se controla bien. Y en este apartado, Guacamelee! también lo borda.

Comienza sencillo, con pocas habilidades: salto, puñetazo y poco más. Poco a poco, a lo largo de todo el juego (y no sólo al principio de éste) nos va desbloqueando nuevas habilidades, tanto de movimiento como de combate. Tendremos que usar ambos tipos para poder superar gran parte de las zonas de plataformas y es que, una especie de shoryuken en el aire no sólo sirve para golpear, también es un perfecto doble salto.

El juego se divide en zonas independientes, dos de ellas pueblos, en los que podremos conversar con sus habitantes (y hacer las misiones secundarias que nos encarguen) y el resto, niveles con plataformas y combate. Podremos ir de unas a otras en cualquier momento, siempre que tengamos las habilidades necesarias para atravesar los obstáculos con que nos encontremos. Cuando vi el mapa del juego y cómo estaban distribuidas estas zonas me temí que me hicieran recorrerlas una y otra vez para alargar de forma artificial el juego. En cambio, me encontré con que a penas hay que repetir nada y cuando hay que hacerlo, se desbloquean nuevas partes bastante grandes que explorar, así que realmente no tenemos que volver sobre nuestros pasos casi nunca y cuando lo hacemos, podemos recorrer el camino con mucha velocidad, de modo que nunca se hace repetitivo.

El sistema de combate no es muy complejo. Se pueden hacer combos bastante largos, pero realmente no son necesarios, al menos no en el modo de dificultad normal. No hay muchos enemigos distintos, pero si son variados y cada uno tiene sus propios patrones de ataque bien diferenciados. Aunque el combate es sencillo, cuando se juntan varios enemigos en pantalla es importante saber priorizar el orden en que debemos eliminarlos para no llevarnos después sorpresas desagradables.

Una de las mecánicas principales del juego consiste en cambiar en cualquier momento (una vez desbloqueada la habilidad) del plano de los vivos al de los muertos y viceversa. Esto afecta tanto al sistema de combate como al de plataformas. Los enemigos podrán golpearnos siempre, pero nosotros sólo les haremos daño si estamos en el mismo plano que ellos y es bastante frecuente encontrarse al mismo tiempo grupos de enemigos en ambos planos.

En cuanto a la parte de plataformas y exploración hay sutiles cambios entre el mundo de los vivos y el de los muertos, con paredes o plataformas que están en uno y no en el otro, entre otras cosas, de modo que será frecuente cambiar entre uno y otro plano para poder progresar. Para que no nos desorientemos, se utiliza una grama cromática distinta en cada mundo, tendiendo el de los muertos a los tonos púrpuras. Es una mecánica similar a la de Outland con el cambio de azul a rojo (una magnífica alternativa para los poseedores de una Xbox 360 o los que ya se hayan pasado el Guacamelee! en la consola de Sony, aunque si tuviera que elegir entre uno de los dos, probablemente me quedaría con Guacamelee!).

Los desarrolladores han llenado la aventura de referencias a otros juegos. Que todo esté lleno de gallinas a las que puedes golpear sin hacerles daño puede ser una referencia a la saga Zelda, o simplemente que tengo demasiada imaginación, pero a parte de eso, y esta vez sí que no es fruto de mi mente, todo está lleno de carteles, grabados en las paredes e incluso partes de la banda sonora que son guiños a otros videojuegos, pero que prefiero no desvelar para que el que juegue tras haber leído estas líneas pueda descubrirlo por si mismo.

Guacamelee! se vende sólo en tienda digital, a través del Store de PlayStation, por 12,99€ (y un poco más barato para los usuarios del PSN+). Con la compra del juego se adquieren tanto la versión de PS3 como la de Vita, con lo que podremos jugar en la tele grande del salón o llevárnoslo de viaje con la portátil pasando sólo una vez por caja (igual que otros juegos, como el Motorstorm RC o el SoundShapes, por poner un par de ejemplos).

La única diferencia entre las dos versiones es que la de Vita es para un único jugador, mientras que en PS3 se puede jugar a dobles toda la campaña, con dos mandos o con un mando y usando la Vita como control para el segundo jugador, mediante streaming de vídeo.

Es precisamente el modo de dos jugadores lo que más me ha gustado. Me he pasado el juego entero acompañado de mi hermano en unas 5 horas y media. No es muy largo, pero me han faltado unos cuantos secretos por descubrir y al terminarlo se ha desbloqueado el modo difícil, así que aún me queda juego para rato. Jugar a dobles facilita tanto los combates contra los enemigos comunes como contra los jefes finales, aunque es necesario coordinarse a la hora de cambiar entre los planos.

Jugando a dobles, cualquiera de los dos tiene la posibilidad de pasar a un estado de espíritu, por llamarlo de alguna manera, en el que no puede interactuar con nada, pero puede desplazarse libremente por el escenario, ignorando peligros y plataformas. Esto es muy útil en las zonas de salto más complicadas, puesto que no obliga a los dos jugadores a superarlas, sino sólo a uno de ellos. Sólo uno de los dos jugadores puede estar en modo espíritu y para volver al modo normal debe ser golpeado por su compañero, por lo que no es posible usar este modo para hacer trampas, al menos uno de los dos tiene que superar las cosas.

La otra ventaja, durante los combates, es que mientras que uno de los dos se mantenga vivo, la partida continúa y el muerto puede volver a ésta tras un corto periodo de espera. Si se gestiona bien la vida de los dos jugadores será muy raro que haya que repetir una parte porque los dos hayan muerto. Probablemente en el modo difícil los enemigos nos lo pongan más complicado. Salvo un par de jefes, he encontrado los combates sencillos, pero no aburridos. Creo que han encontrado el punto de dificultad justo para que sean amenos y evitar la frustración de tener que repetirlos una y otra vez.

La partida guardada se puede almacenar en la nube, para pasarla de la versión de PS3 a la de Vita y viceversa. Se ha de realizar de forma manual desde el menú de opciones del juego. Tenemos que tomarnos la molestia de hacerlo a mano, pero esto tiene como ventaja poder llevar una partida independiente en cada dispositivo si así lo deseamos. A mi me ha venido de maravilla para enseñarle a un amigo el juego desde el principio en mi Vita. Borré mi partida, le enseñé el juego y después restauré el guardado que tenía en la nube. Todo esto funciona sin ser miembro del PSN+ (que son los que pueden guardar la partida de cualquier juego en la nube a través del menú de la consola). No es el primer juego que tiene esta opción y espero que tampoco sea el último.

Es un gran juego en PS3 y uno de los mejores para Vita. De hecho, ahora mismo creo que es la mejor compra que pueden hacer los usuarios de la portatil. Es un juego variado, con muchos secretos ocultos, personajes carismáticos y puzzles (de plataformas) sencillos de entender, pero complejos de completar. Los textos, muy graciosos siempre, están en perfecto castellano (con expresiones mexicanas, por supuesto), que junto con la música y gráficos recrean perfectamente la ambientación y los tópicos más famosos de México.


Nota: Este segundo vídeo incluye metraje del principio del desarrollo del juego, que no se corresponde con el contenido final del juego. Está añadido como curiosidad. El aspecto correcto se puede ver en el primer vídeo.

En definitiva, es uno de los mejores juegos de plataformas de esta generación que debería probar todo el mundo, sólo o en compañía. Lo único que le falta es tener el modo de dos jugadores online (para los tristes sin amigos o para los que los tengan lejos), pero para los que preferimos verle la cara al de al lado, el dobles en local es más que suficiente. [90]

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