The Witcher 2, el juego de rol fantástico protagonizado por Geralt de Rivia saldrá a la venta en 2011 y desde hoy se sabe que contará con cuatro niveles de dificultad: fácil, medio, duro e insano.
Este último es el que ocupa el tema de esta entrada, porque realmente estamos ante algo que será de todo, menos sano para el jugador. Los chicos de CD Projekt parece que quieren seguir la ruta marcada por el Demon’s Soul de From Software, un juego difícil como los hay pocos hoy en día. Y para ello, además de dotar a los enemigos que veremos en The Witcher 2 de mayor agresividad para que nos sea más difícil escapar sin luchar, han implementado este nivel de dificultad.
En él podremos guardar la partida y jugar como a la primera parte o cualquier juego típico, eso sí, hasta que muramos. Una vez ocurra esto, las partidas guardadas serán eliminadas y habrá que empezar el juego de nuevo. Sí amigos, imaginaos la cara de tonto que se le puede llegar a quedar a alguien que muera en combate con el jefe final. A los que penséis jugar este modo, os doy un consejo, comprad ya un teclado de reserva, porque la cantidad de mamporros que recibirá el vuestro jugando en esta dificultad puede ser épica.
Pese a todo esto, pienso que es algo interesante para el jugador. No para una primera partida ni mucho menos, pero si para poner en prueba la pericia y práctica en el juego una vez completado el mismo en niveles inferiores además de ser un aliciente para la rejugabilidad del título, pues es muy probable que al completar tamaña odisea, nos veremos recompensados de algún modo.
Además de esto, CD Projekt también ha hablado de la importación de partidas guardadas de la primera parte a esta segunda, como ya viéramos en Mass Effect 2, por poner un ejemplo.