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[Impresiones] Battlefield: Bad Company




Bad Company era uno de esos títulos que había seguido con bastante interés desde que aparecieron los primeros vídeos, que mostraban – a primera vista- un impresionante fps, al más puro COD4 (o mejor, Frontlines Fuel of War), donde me dejó bastante impresionado la posibilidad de destruir cualquier objeto, construcción o vehículo que apareciese en pantalla.

A esto, tendríamos que unirle el tono “macarresco” de los dos protagonistas, que como en Army of Two, nos hacían esbozar alguna sonrisa en varios de los vídeos que colgaron en Xbox Live. Así pues, y en premisas de que el juego tenía todas las características necesarias para entrar en mi lista de futuribles bombazos, no pude evitar la emoción de probar la beta cuando EA nos pasó amablemente los códigos de descargarla por live. Voy a ser benevolente porque quiero tener en cuenta en todo momento que es una beta, por lo que espero que todos los problemas que he encontrado se solucionen en el tiempo que queda hasta el lanzamiento (verano de este año).

Empezamos con las primeras impresiones, a nivel gráfico. Lo primero que me ha dejado descolocado ha sido el total desequilibrio que muestra el título en este aspecto. Por un lado, nos encontramos con detalles realmente interesantes y muy sorprendentes, pero por otro lado, se observan otros que no pasarían de mediocres en la pasada generación. En cuanto al motor gráfico podemos señalar que tiene carencias destacables, con un framerate bajísimo e inestable. Nos llegamos a topar incluso con sombras y objetos que aparecen de la nada –cosa que debería estar totalmente desterrada en esta generación-. El modelado de escenarios y decorados es demasiado básico, las texturas son repetitivas y de baja calidad y los efectos de iluminación nefastos. Y todo esto, contrastado con algunos efectos realmente brillantes, como las explosiones y el fuego con humo incluido, o la impagable vista interior de los tanques y el realismo que se imprime al desarrollo de las batallas entre estos mastodontes de metal.

En cuanto al control he de señalar que me ha parecido algo tosco (incluso más que el de Frontines), y lo veo claramente como punto principal a mejorar en la versión final. Ya podéis olvidaros de la precisión de COD4, o la “facilidad” para eliminar enemigos… puesto que aquí podemos descargar un cartucho enterito mientras nuestra vocecilla interior repite insistentemente “pero si le estoy dando, le estoy dando”. Además, el movimiento de las armas y el tiempo necesario para apuntar se me antojan lentos; a esta lentitud se le añade la desesperante velocidad a la que nuestro personaje se desplaza a pie y corriendo.

Sin embargo, la física que se encarga de hacer creíble las demoliciones de los edificios, cumple correctamente con su cometido, aunque en unas cuantas partidas nos percatamos de que dicha física es prácticamente un calco en todas ellas. En la Beta tenemos a nuestra disposición 3 vehículos -al menos que yo haya visto-: un jeep, un tanque y un helicóptero, así como un buen variado de armas como snippers, subfusiles con lanzagranadas, y demás. Igualmente, en la versión retail, habrá más armas para –literalmente- comprar.

En resumen, y después de lo poco que hemos podido probar (únicamente 2 mapas y un modo multiplayer), la impresión general es que la beta está muy verde, y que requiere muchísimas mejoras si quiere llegar a codearse con los grandes fps de 360. Algunos detalles como la destrucción de las edificaciones, los vehículos, las explosiones, los sonidos o la música en sí – cuya introducción, por cierto, me ha encantado-, avistan una cantidad de posibilidades suficientes para bordar el título, donde por supuesto, queda mucho trabajo por realizar.

Crucemos los dedos, porque sería una gran lástima que Bad Company se quedase en un título mediocre.

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