Tener que hacer un lunes por
la noche unas impresiones de un juego, es duro… Muy duro… Sobre todo si es del juego Black Site: Area 51. Pero uno que está muy curtido en ésto de quedarse durmiendo viendo juegos (es mejor que la Dormidina), tiene que agudizar el ingenio e inventar algo para poder aguantar el tirón y no sucumbir a la llamada de Morfeo. Para ello, nada mejor que reirnos un rato de nosotros mismos, y de paso hacer un poco más ameno ésto de criticar juegos. Así pues, y enfundados en nuestro alter ego de cartulina y goma, nos agarramos los machos y nos tiramos de cabeza al sitio más alienizado del mundo mundial… El Área 51, y la primera sorpresa nos pega de lleno en los susodichos machos
(Menos mal que los teníamos agarrados), nada más bajar del vehículo que nos trasporta, observamos atónitos a nuestro alrededor, que los EEUU han cambiado mazo… Pero mazo…. Al fondo observamos a un tio con una sábana enrollada en la cabeza y con un Kalashnikov apuntando a nuestra cabeza … Todos los marines gritan en ese instante a lo unísono: «¡¡¡ Me cago en el gps ¡!!
Yo en ese momento, y más impresionado que los propios marines, agarro el mando con fuerza para contrarrestar las sacudidas del motor vibratorio, y empiezo a descargar la munición contra todo lo que se mueve en la pantalla mientras mi subconsciente
susurra en la lejanía: “Ésto del área 51 estaba en los EEUU ¿No?…. ¿Se han comprado una los árabes?” Después de los primeros instantes de confusión, sudor y balas, las polvadera que hemos levantado se despeja y nos devuelve a la cruda realidad: Ya vemos los escenarios del juego. Mientras el subconsciente sigue dando la tabarra con preguntas sin respuesta lógica, poco a poco vamos tomando “conciencia” de que nos depara “Black Site: 60 euros a la basura”, … Un juego que roza el patetismo grafico y argumental, que cambia el significado de IA por Inteligencia Absurda, y que nos depara horas y horas (El que aguante) del masacramiento cuasi-rail-shooter más previsible desde los tiempos del Green Beret. Pero, no se vayan todavía amigos… aun hay más:
- –Conversaciones absurdas y comentarios incoherentes: marines todo el juego incordiando a destiempo, y cuando aparece el primer alien no dicen ni “mira, anda… un alien, que majo el tio”. –Gráficos repetitivos, sobreiluminados en los exteriores y excesivamente oscuros en los interiores, todo ello saturado de tonos ocres y un efecto “tierra” en el ambiente realmente desquiciante. –Personajes que caen de las alturas con menos estilo que un saco de patatas. –Frame rate más inestable que Hannibal Lecter en una playa nudista. –Enemigos que aparecen de forma sistemática por los mismos lugares, al estilo corre-Forest-corre.
Todo esto y mucho más es lo que os depara el primer nivel que hemos tenido la “desgracia” de probar, y que la verdad, no tenia mucha pinta de mejorar. Así pues, y a la
espera de que alguien tenga el valor de hacer un análisis completo, la decepción ha sido mayúscula, y mas aún después del buen sabor de boca que me le dejo la primera entrega de Xbox, que al menos sin grandes pretensiones, me entretuvo durante muchas horas. Bueno, y llego el momento que muchos esperan… El juego rol megahypeado por media Akihabarablues (Y parte del mundo exterior): Mass Effect. Y hasta aqui, puedo leer. ¿Porque?… Respuesta simple: Hay que jugarlo mucho… Mucho, pero muchismo. No puedo aventurarme a la locura de calificar un juego de la magnitud de Mass Effect sin las correspondientes 15 horas de juego (Y eso para hacer solo unas impresiones). Eso
sí, lo poco que jugué me dejo un buen sabor de boca a nivel
gráfico, con unos escenarios bellísimos, coloristas como pocos y de una resolución y calidad gráfica soberbia, personajes de estética sublimes y ambientación sobrecogedora. Tampoco soy la persona más indicada para analizar o dejar unas impresiones sobre un juego de rol, temática en las antípodas de mis gustos videojueguiles, pero aun así, puede
que a Mass Effect le de una oportunidad. Y bueno, ya se hizo muy tarde, por lo que tuvimos que dejar a Kane & Lynch aplazado para otro día.