Hemos tenido la posibilidad de jugar a la última demo de Final Fantasy XV, Judgement Disc, que apareció en el bazar japones de Xbox One durante más de dos horas y os traemos las impresiones ante lo que serán las primeras horas del juego. ¿Está este nuevo Final Fantasy a la altura o volverán a patinar como con Final Fantasy XIII?
Final Fantasy XV Judgement Disc una demo de más de 4 horas
Ya lo hemos comentado en la introducción de este artículo: la demo Judgement Disc nos introduce directamente al comienzo de Final Fantasy XV por lo que es una muestra de lo que vamos a encontrar la próxima semana, salvo que el parche de 7 GB del primer día dé un vuelco al contenido, que lo dudo. Al estar en japonés y salvo que conozcáis el idioma, en el vídeo no os vais a tragar ningún tipo de spoiler más allá de las primeras misiones de juego. En este texto solo vamos a comentar nuestras impresiones jugables y técnicas de la demo, ya tendremos tiempo de valorar la historia y el argumento cuando tengamos el juego final en nuestras manos, porque ¿lo voy a comprar no? Pues después de jugar a esta demo, tengo mis dudas.
Final Fantasy XV se occidentaliza
No digo que esta demo sea mala, te da cuatro horas de juego completo si quieres ir rápido y más de 9 si quieres ir rebuscando secretos por la zona. Casi como el modo historia de COD o Battlefield. Pero esa no es la gran pega, el gran problema que he encontrado es el paso del JRPG típico y tópico del resto de juegos de la franquicia Final Fantasy a un modo más occidental, algo que siempre he justificado ya que opino que el JRPG pasillero lleva muerto muchos años, pero aquí no termina de cuajar. Me explico:
Evidentemente, si hablamos de personajes y hasta saber el trasfondo e historia de cada uno de ellos, que seguro que la tienen y es bien grande, no transmiten nada más allá de parecer el grupo Ozone rumano en un mal día de paseo por el desierto. Desde los primeros dos minutos en los que arrastramos el coche por el desierto hasta los roles que Square Enix les ha dado a cada uno de ellos: el cocinero, el fotógrafo, el conductos, etcétera. Y lamento que lo diga, pero si en un RPG no podemos crearnos nuestro alter ego virtual a nuestro gusto, al menos que nos den unos personajes, no digo creíbles que hablamos de un Final Fantasy, pero con algo más de empaque que los cuatro con los que contamos en Final Fantasy XV.
Cuatro chavales que parecen los rumanos de Ozone ¿Cantarán Dragostea din tei?
Para colmo, solo manejamos a uno de ellos y el resto nos limitaremos a ordenarles sinergias al atacar. Rellenamos la barra, ¡Y listo! Ya podemos pedirle a nuestro equipo que machaque al enemigo de turno, pulsando nosotros un botón en el momento justo para que la animación sea más espectacular. En esta demo no hay invocaciones, por lo que nos hemos perdido la parte más espectacular de todos los Final Fantasy, al menos hasta que te sabes la invocación de memoria y la pasas de largo.
Algo que se agradece del cambio a Action RPG es que, como ya comenté en el análisis de Final Fantasy XIII, estar más de X horas pulsando un solo botón llega a aburrir. Ahora tendremos un pequeño abanico de acciones: atacar, esquivar, contraatacar, marcar objetivo, sinergias, etcétera. La demo es muy sencilla y no hay que echar mano de curación ni nos deja avanzar en las habilidades de nuestros personajes. Ya conocemos a Square Enix y sabemos que el juego no se va a parecer en nada al que vemos en las primeras horas de juego, se volverá complejo e interesante, pero siempre utilizan una curva de aprendizaje demasiado larga y poco acusada.
¿Por qué lo llaman Final Fantasy si estos primeros minutos parecen un Monster Hunter?
Y dentro del gran cambio, está lo que será más importante y uno de los aspectos que más críticas va a recibir por parte de los usuarios: el mundo abierto. Esta primera zona desértica no está nada mal, tiene vegetación, animalitos que se mueven o realizan acciones cuando pasamos cerca de ellos, o enemigos esperando que los cacemos. Y esta es el punto más negativo que le veo a la demo: las cacerías. Desde el primer momento, los dependientes de las cafeterías, todo normal, nos van indicando una serie de enemigos que matar que están fuera de la historia principal. De esta manera se consigue experiencia y dinero, básicas en cualquier juego de rol. Pero al contar con un mundo abierto y, a mi parecer y en estos primeros minutos, abusar de las cacerías, el juego se parece más a un Monster Hunter que a un Final Fantasy.
En estas horas de juego encontramos poco rol, apenas un par de conversaciones que, por supuesto y con mi nivel cero de japonés han sido resueltas a la cuenta de la vieja y demasiadas cacerías. Además, las distancias son bastante grandes y en algunos momentos el coche no va a ayudarnos ya que tendremos que internarnos en el desierto para encontrar esa hierva, mineral o bicho al que matar. Todo parece indicar que vamos a pasar más tiempo andando que pulsando botones, pero esperamos que esa sensación se disipe en la versión final del juego.
Por lo demás, sensaciones agridulces sin llegar a pensar que Final Fantasy XV va a ser, literalmente, una mierda. Tiene bases para darnos muchas horas de juego, si la historia no abusa de los paseos interminables entre zonas aunque, por fortuna, nos han puesto una emisora con la posibilidad de escuchar las bandas sonoras de los anteriores juegos, un mal menor mientras aguantamos al los cuatro protagonistas hablando de como han pescado, lo bien que han cocinado o de dónde se han sacado el material para montar las tiendas de campaña. Porque amigos, en este juego podemos acampar, como lo harían cuatro amigos defendiendo el mundo del mal un verano cualquiera.