Gracias a la buena gente de Electronic Arts ¡ESPAÑA! que nos miman como una leona a sus cachorros, hemos tenido la oportunidad de catar ya la demo de Left 4 Dead 2, a la par que los yanquis que han reservado religiosamente el título de Valve que se pone a la venta el ya cercano 17 de noviembre. Pena no haya salido en Halloween para no tener que salir y soportar a docenas de pijos disfrazados como las hijas de zetapé.
Mucha polémica, muchas críticas, muchas voces contrarias al temprano lanzamiento de una segunda entrega, tan sólo un año después de la primera parte y con una comunidad de jugadores en la versión PC que ofrecen bastantes alternativas en cuanto a mods. Lanzarlo tan pronto es matar antes de tiempo la primera parte, decían. Ni mucho menos, os digo desde el púlpito que tengo montado en la cocina, es seguir ampliándolo. Aunque toque hurgar en el monedero.
Todo comienza así:
Tenemos nuevamente cuatro protagonistas: una chica de color fan de Depeche Mode, un ejecutivo con aspecto de comprar el perico por sacos, un orondo y bastante bruto clon del Tío Phil y un redneck representante de la América bastarda. Cuatro prodigios de la naturaleza que tendrán que sobrevivir en una ciudad infestada de infectados tras el abandono por parte de las autoridades locales y, supuestamente, de la ONU…
La demo tiene lugar en Nueva Orleans, una de las ciudades más turísticas de yanquilandia, la ciudad del jazz, del Mardi Grass y la vergüenza de Bush. El escenario, llamado La Parroquia (The Parish), sirve de escaso aperitivo para las ganas que tenemos de destrozar infectados. Porque si algo se puede decir de Left 4 Dead 2 es que no ha cambiado nada aunque cambie todo.
Left 4 Dead 2 ofrece una línea continuista, porque como bien es sabido lo que funciona no se toca. Acción, acción y más acción con ligeros descansos para reponer fuerzas y munición. Adrenalina pura. La duración de la demo es escasa, no más de 20 minutos, lo que se tarda en ir de un refugio a otro besando el suelo un par de veces. Pero sirve para darnos una idea de las novedades.
En primer lugar cabe destacar el armamento. Más cantidad, aunque ahora es necesario seleccionarlo mejor. La AK-47 y la nueva submachine gun son un seguro de vida por su velocidad, mientras que el nuevo rifle de francotirador es mucho más poderoso. Pero la novedad más destacada es la aparición de armas cuerpo a cuerpo. Como en la primera parte, sólo podemos llevar dos armas de forma simutánea. Los objetos de impacto cercano, léase bates o guitarras, sustituyen, si queremos, a las pistolas en el inventario. Sin embargo, debo decir que son poco útiles en comparación con éstas, puesto que su capacidad destructiva es mínima y sólo sirven para repartir un poco mientras nos devoran vivos.
Lo mismo puede decirse del inyector de adrenalina, que nos proporciona un plus bastante alto de velocidad para contrarrestrar a las hordas de putrefactos. Y si ya el apuntar a toda velocidad es uno de los retos de Left 4 Dead, hacerlo un 50% más rápido es harto complicado. Hay otros elementos nuevos, como que podamos coger la bilis de los Boomer para lanzársela a un infectado y que el resto lo ataquen o munición incendiaria que como te despistes puede acabar tanto con infectados como con tus compis en un santiamén.
En cuanto a las hordas de ciudadanos desesperados por quitarse el hambre de cerebros, tenemos unos hijoputillas que son GEOs infectados a los que será más difícil derribar (van con el casco y el chaleco antibalas). Ahora la Witch, esa pequeña zorrita, es más directa en sus ataques (aunque también me ha dado la impresión de que es más fácil de matar). La Amy Wineh… digo, la Spitter lanza unos gapazos verdes de ácido que acaban con la barra de vida en un momento y los puñeteros Jockeys, que se te montan en la cabeza poniéndote la bragueta en la boca y que precisan de la ayuda de los compañeros para deshacerse de ellos porque te hacen correr como un loco (suponemos que para evitar el fellatio de un miembro que se cae a pedazos).
Como véis hay cosas que cambian pero la esencia se mantiene. Es necesario trabajar en equipo, no despistarse, ser generoso y rezar para tener unos compañeros competentes. El multijugador cooperativo nos permite elegir entre servidores dedicados o funcionar nosotros como server, podemos invitar directamente a los colegas, ver las partidas que hay disponibles y organizarlas por su nivel de dificultad. En las cuatro partidas que he disputado y que han permitido que me conozca el mapeado al dedillo, sólo en la primera he encontrado un poco de lag. El resto, como en la primera parte, ha ido como la seda. y por si alguien tiene dudas en cuanto al idioma, la demo está en inglés con subtítulos en castellano.
Y poco más debemos añadir. Aunque sólo hemos podido saborear un trocito de la campaña y nos hemos quedado con las ganas de que el aperitivo se extendiera hasta ese suculento segundo plato denominado Scavenge, la verdad es que podemos afirmar que L4D2 es más de lo mismo, pero mejor. Es decir, un juegazo como la primera parte. Si te gusto ésta, te encantará. Si no lo hizo, no vas a encontrar motivos que te hagan cambiar de idea. Porque es más de lo mismo, señores, pero ¡qué mismo!