La batalla generacional está cada vez más disputada, y eso me alegra. Desde hace ya unos cuantos meses estamos viendo cómo PlayStation 4 y Xbox One van teniendo ventas más parejas en el enorme mercado norteamericano, donde Sony había conseguido ponerse muy por delante del sistema patrio, algo que Phil Spencer no estaba dispuesto a soportar.
Gracias al último informe del NPD Group ya tenemos datos concretos sobre cómo le fueron las cosas a ambas máquinas en el que es posiblemente uno de los dos meses más flojos a nivel comercial del año; en agosto se juega, pero se compra poco. Es el momento de ponerse al día con todas esas grandes obras que acumuladas.
209.000 veces ha aparecido PlayStation 4 en los tickets de compra en los Estados Unidos a lo largo de los treinta y un días del octavo mes del calendario, una cifra que, sin ser mala, está cada vez más igualada con la competencia directa, Xbox One. El sistema de los de Redmond ha logrado 202.000 unidades, por lo que todavía queda mucho trabajo por hacer; no obstante es remarcable que la máquina de Microsoft está cogiendo cada vez más oxígeno, y como decía antes, eso es bueno.
Lejos de batallas y preferencias personales, esto es una cuestión en la que ganamos todos, porque cuanto más se pisen los pantalones más ventajas tendremos los jugadores, ya que cada bando tratará de hacer de su máquina la más atractiva a base de servicios, catálogo y exclusivas. Estamos hablando de un aumento del 26% con respecto a este mismo periodo en 2014 para Xbox One, algo que refleja el innegable buen trabajo de MS en este periodo.
Finalmente, un último dato: un 93% de todas las máquinas vendidas en agosto fueron en packs con algún título incluido.
Fuente | Venturebeat