Aunque parezca mentira, la vida de un reportero especializado en videojuegos puede ser de todo menos fácil. Vale, dicho así puede que no sea del todo creíble. Es cierto que solemos recibir copias de las últimas novedades para analizar y también tenemos la obligación de cubrir todas las presentaciones de los últimos éxitos, pero como diría Ben Parker «Un gran poder, conlleva una gran responsabilidad» y la verdad es que tiene toda la razón.
En un mundo lleno de obras fantásticas y poblado de numerosos fanboys… ¿que ocurriría si la esperada entrega más aclamada por el público, el aspirante a GOTY sin llegar a desempaquetar, fuera analizado con una nota, no tan sobresaliente?
La respuesta la puedes ver en el genial vídeo realizado por Mega64
Exageraciones aparte, realizar un simple análisis no significa simplemente decir cuanto te ha gustado. Es dividir racionalmente todos los apartados de un conjunto y desgraciadamente, al realizarlo perdemos mucha de su «magia» en ocasiones. Un juego se basa en un conjunto de experiencias y sensaciones que, como los sabores, varian con cada persona. Esto hace que notificar un juego, pueda resultar un auténtico quebradero de cabeza.
Es cierto que hay unos criterios básicos, existen juegos que con ver 30 segundos sabes que será infumable. Sin embargo muchas veces nos encontramos un juego que extrañamente nos encandila. Puede que los gráficos estén desfasados y que haya recibido notas pésimas, pero tiene un «algo» que hace que nos enganchemos con fuerza (recuerdo los cientos de horas que pasé jugando al Transport Tycoon de PC, hace no tantos años).
Por estos motivos, nunca es del todo justa la nota en un juego. Puede que comparemos gráficos, sonido, jugabilidad e historia, pero muchas veces no es válido que un resumen a todo un juego se quede en un simple número entre el 1 y el 10, o que todos las notas estén altamente condicionadas por las notas pasadas.
Porque tenemos que empezar a pensar que los juegos están simplemente para eso, disfrutar y no pensar tanto en lo mala de las texturas en algunas zonas o lo pobre de los diálogos… ¿o no es cierto que de pequeños disfrutábamos mucho más de los juegos sin tener en cuenta estos factores?.