Llevaré algo menos de quince horas dedicadas a la última obra de Aonuma, Zelda: Breath of the Wild, percibiendo que estamos ante una nueva era: la era del selfie.
La evolución del Modo Foto
Puede que haya pequeñísimos spoilers dentro de este post sobre éste y el último Final Fantasy por lo que te advierto antes de meterte en la aventura de capturar todo lo que veas. Porque se trata de una de las mecánicas que más he visto en los últimos juegos nipones. En Final Fantasy XV también podíamos realizar fotografías y tener un álbum propio.
A ello le sumamos el “Modo Foto” muy popular en Uncharted 4, por permitirnos inmortalizar momentos claves del juego. A pesar de ser una manera de paralizar la acción, se está convirtiendo en todo un aliciente que se echa de menos por ejemplo en el último Zelda. Podremos capturar todo lo que veamos a través del botón “Captura” de Switch pero no podremos hacer menos o más zoom, girar la cámara o meterle filtros como en la nueva aventura de Uncharted (a no ser que escojamos la imagen y realicemos toda una post-producción por nuestra cuenta).
Más de lo que parece
Y eso es la primera capa, dado que la cámara va más allá. En la obra de Aonuma podemos utilizar la cámara cuando logremos los primeros santuarios para poder fotografiar todo lo que veamos y así poder meterlo en la enciclopedia. Nos sorprenderemos al ver a nuestro propio caballo sonreír para nosotros al hacerle un selfie. Sin embargo, lo más importante es que tengamos que ir, a cada lugar para poder encontrar los recuerdos que Zelda nos ha dejado a lo largo de Hyrule.
El hecho de utilizar fotografías para realizar esto es todo un logro. Porque se percibe unas ganas por relajar al jugador, a ser paciente, a encontrar puntos de referencia. También tiene poco miedo al spoiler dado que algunos lugares no nos sonarán por pertenecer a etapas más avanzadas del juego…que necesitarán de muchas horas para poder recorrerlos.
En FFXV pasaba algo parecido al permitirnos hacer fotografías y que se hicieran automáticas una vez que habíamos pasado fases determinadas del juego. Todo al final cobraba su sentido y eso hace de las últimas utilidades de la cámara todo un logro hacia unas nuevas mecánicas. Quizás la influencia de nuestros smartphones haya hecho que se vea en la cámara otra manera de reflejar nuestro mundo de alrededor.
Se solía decir que la cámara capturaba el alma. En pleno 2013, Arcade Fire cantaban algo así como “What if the camera, Really do, Take your soul”…refiriéndose a ese mismo mito. Quién sabe si también capturamos el alma del videojuego al dejar un pequeño álbum, propio y personal a través de las nuevas herramientas que nos brindan los nuevos creadores en la nueva era del selfie.