Aunque pudiera parecerlo, el no poder encontrar en las estanterías a tu juego/consola/accesorio preferido no es todo lo malo que pudiera parecer para las compañías. El status de «Agotado» puede proporcionar una aureola de «Producto Deseado» capaz de conseguir un efecto equivalente a una buena campaña de márketing. Las distribuidoras lo saben, y conseguirlo no supone más que lanzar intencionadamente una limitada cantidad de unidades al mercado, y reponer esa cantidad a un ritmo menor que el de ventas.
Sin duda es más sencillo que conseguir otros status para sus juegos, que potenciarían el efecto de «Agotado», como «Súper Ventas», «Triple A», «Juego Innovador» o «Juego Premiado», constituyendo todos ellos
Para la distribuidora es una forma de aumentar la demanda, aunque se arriesga a que durante ese tiempo en el que su producto no está disponible sea utilizado por la competencia para colocar el suyo, en el caso de que exista. Pero si la competencia directa no existe, como en el caso de Xbox 360 durante las pasadas navidades, ese factor riesgo simplemente desaparece. Muchos jugadores que no se habían planteado adquirir la última consola de Microsoft sucumbieron a la tentación al descubrir en algún centro comercial el pack completo de la 360, por aquel entonces presuntamente agotado. Aunque haya otros factores en juego, como la novedad de la máquina, su potencia y promesas jugables, a la hora de decidir su compra impulsiva, el poder decir «Me llevé la última que quedaba» constituye un argumento de peso ¿La habrían comprado en el caso de que las cajas atiborraran todas las estanterías? Lo dudo mucho. De igual forma me extrañaría que hubieran más PlayStation 3 disponibles en su período de lanzamiento en las tiendas que las Xbox 360 que hubo durante las pasadas Navidades. Una cantidad más o menos limitada de unidades a la venta combinada con la exclusividad sumada al enorme potencial – y precio – de la máquina de Sony provocará que PS3 arrase. Seguro.