Esta madrugada, Nintendo nos ha presentado su nueva y flamante consola, Switch en una conferencia de corte japonés que no ha tenido el ritmo adecuado y que, quitando algunos anuncios de títulos de gran importancia, nos ha dejado un sabor un tanto amargo.
Hay algunas cosas que no me han gustado de Switch y que tengo que decir desde ya. Que la batería de una consola portátil vaya a durar de 2,5 a 6 horas me parece bastante pobre ya que no llega a durar, en el peor de los casos, ni un viaje medianamente largo (o en mi caso un viaje León-Madrid que dura un poco más de 2 horas).
Otro aspecto que no me ha gustado para nada es el popurri de juegos relacionados con los mandos que parecen un plato de esos de cuchara que preparaban nuestras abuelas, mezclando las sobras de comida de toda la semana (en este caso los últimos 10 años de Nintendo) pero, en esta ocasión, sin estar bueno. Me refiero a las presentaciones de Arms y 1,2 Switch, juegos que como siempre parecerán muy curiosos pero que están destinados a tener el efecto de títulos de este estilo de Wii: ser jugados 5 minutos para luego acumular polvo el resto de sus vidas.
Sin embargo, una vez superado este soporífero trámite y algunas noticias no muy agradables, la cosa parecía comenzar a mejorar gracias a Splatoon 2, la mejor nueva IP que ha parido Nintendo para Wii U que llega ahora a su nueva consola. La presentación seguía cogiendo color gracias a, una vez más, Super Mario, el Messi, el se erre siete de Nintendo que llegaba dispuesto a salvar la conferencia ofreciéndonos un nuevo título en 3 dimensiones muy vistoso y atractivo que conoceremos por el nombre de Super Mario Oddissey y que promete traernos la vieja gloria de entregas como Super Mario 64 en forma de sandbox.
Tras esto tocaban los anuncios de rol japonés que, sinceramente, me atraen bastante pero que después de las malas experiencias con los retrasos con Wii U de esta generación, me hace pensar que no veremos títulos como Xenoblade 2 hasta, por lo menos, el 2018, provocando este desasosiego a nivel personal (compré Wii U por la secuela espiritual de Xenoblade y tuve que esperar 3 años para catarla) que el ritmo de la conferencia volviese a bajar estrepitosamente.
Y no mejoró, queridos amigos Vimos que finalmente se anunciaba Skyrim o la llegada de FIFA a Switch, dos buenas noticias para la consola que necesita del apoyo de las compañías ajenas a Nintendo, pero que quizás se podrían hacer fuera de una gala de presentación de este calibre por no hablar de la aparición con tintes ridículos de SUDA 51.
Tocaba después de este parón, un popurri de juegos anunciados, deprisa y corriendo, en un tráiler (entre los que pudimos ver al genial Rime) y, por fin, el nuevo Zelda Breath of the Wild, el eterno deseado, el juego que será seguramente responsable de que al final, caiga como un tonto, de que pase por caja para comprar una Nintendo Switch a pesar de que sé que también va a salir para Wii U porque, al final, soy un consumidor descabezado al que le hacen falta pocas excusas para comprar una nueva plataforma.
Así que, en general, quitando algunos momentos dulces en forma de los de siempre, de Mario y de Zelda, de Oliver y Benji, de los salvadores de la marca Nintendo durante los últimos años (amén del anuncio de Splatoon 2 muy pero que muy interesante) la conferencia me ha parecido bastante plana, aburrida y con muy poco interés o sorpresas.
Nintendo necesita urgentemente aprender a comunicar mejor las cosas y comenzar a replantearse, muy seriamente su modelo de negocio ya que, a raíz de lo visto hoy, Switch me parece otra GRAN IDEA de Nintendo que puede quedar tan mal aprovechada como lo ha hecho Wii U.
La selección de títulos durante la presentación salvo casos aislados no ha sido la mejor y se han dejado en el tintero juegos como Super Mario Kart 8 o Super Street Fighter II que estamos de acuerdo en que son ports pero que cuentan con contenido exclusivo para la nueva consola que seguro que no hubieran estado de más en la presentación de Switch.
Un último apunte, pese a que a nivel jugable hay muchos juegos que sí me han llamado la atención, he notado una alarmante falta de potencia gráfica en algunos títulos. Sí, podemos estar de acuerdo en que los gráficos no son lo más importante del mundo y yo no me espero, desde hace mucho, una consola de Nintendo poderosa en este sentido, pero en algunos vídeos, en algunos títulos, he visto unos polígonos que, sinceramente, no había vuelto a ver desde los primeros tiempos de PS3 y Xbox 360.