Me da miedo tanto retraso. Días atrás decía que, mientras un juego se tome su tiempo para salir al mercado pero termine haciéndolo bien, por mi parte puedo esperar lo que haga falta. Si me dices que el nuevo Zelda se va a lanzar en 2018, lo asumo; ahora bien, hay algo que ¡no me gusta nada con la nueva entrega de Eiji Aonuma, y es que todavía no hemos visto nada.
El vídeo de los The Game Awards 2014 donde Aonuma y Miyamoto jugaban a ser Pinocho diciendo que Star Fox iba a salir a la venta antes de terminar el pasado año con la nueva aventura de Link pocas semanas después, nos llenó a todos de esperanza, porque parecía que ya lo teníamos ahí.
Han pasado los meses y no solo es que ese título ya no me transmita prácticamente nada tras haber podido catar experiencias como The Witcher 3 o cualquier otro título de mundo abierto con una fauna tan enorme por explorar, es que creo que en la propia Nintendo son conscientes de que estarían sacando a la venta un juego desfasado. No puedes inflar un globo y pegarte una carrera de kilómetros para enseñárselo a tus amigos, porque al final terminarás viendo cómo se va desinflando: lo mejor es que lo hinches cuando estés llegando.
Creo que ese título se ha tenido que reinterpretar casi por completo, que cuando decidieron que todo el código del título migrase a NX se empezaron a ver un sinfín de posibilidades que antes parecían imposibles. Vamos, que la versión de Wii U del The Legend of Zelda de Wii U, va a ser un port que va a pasar sin pena ni gloria, un juego de 2014 que aparecerá en tiendas tres años más tarde. Una generación por detrás. No quiero que se repita el efecto Twilight Princess, tampoco el efecto Skyward Sword, con el que en su momento catalogamos como histórico y al final no ha tenido tanta trascendencia dentro de la saga; lo que busco es algo más parecido a The Wind Waker, que se haga fuerte con el paso del tiempo, así como esa sensación de dar pasos de gigante al frente de Ocarina of Time.
La Trifuerza se está tambaleando, pero como buen incorregible, sigo tachando los días hasta su salida, sea cuando sea.