La influencia del Mundo Antiguo en nuestra sociedad es más que palpable, desde nuestras tradiciones e Historia hasta el gran número de referencias que existen hacia ella en la cultura popular. No son pocas las películas, series de televisión o novelas que se ambientan en lugares tan lejanos en el tiempo como la Antigua Roma, Egipto y Grecia.
Muchas de ellas no solo tienen en cuenta el escenario para formar y narrar una historia, sino que también incluyen otros elementos como son las mentalidades de la época o incluso las diferentes religiones profesadas.
Aparte de la referencia directa y explícita al mundo antiguo existen otro tipo de referencias, a las que llamaremos indirectas, donde incluyen elementos históricos descontextualizados como es, por ejemplo, el caso de la serie de televisión Battlestar Galactica (Ronald D. Moore, 2003 – 2009), donde hacen aparición los diferentes dioses grecolatinos encarnando a los mismos dioses de la sociedad plasmada en la serie de televisión. Dentro de la ciencia ficción este elemento no es extraño, en otras obras como la novela Dune (Frank Herbert, 1965) se aprecian otros muchos elementos históricos descontextualizados, como por ejemplo la figura del emperador y la estructura política del feudalismo medieval europeo.
Por esto mismo no es de extrañar que los videojuegos también se hayan visto empapados de la cultura antigua o clásica con obras tan conocidas por todos como la saga God of War (íd.; SCE Santa Monica Studio, 2005 – 2013) donde retorcían la mitología clásica a favor del entretenimiento. Por supuesto existe el otro modelo, las influencias históricas descontextualizadas dentro del videojuego de ciencia ficción, como es el caso, por ejemplo, de la saga Mass Effect (íd.; Bioware, 2007 – 2012) donde siguiendo de nuevo el mismo esquema que la famosa franquicia de ciencia ficción de George Lucas introducen elementos alógenos como las instituciones romanas clásicas o incluso otros aspectos mucho más ideológicos como el mesianismo, no en vano Shepard es la figura mesiánica por excelencia de los videojuegos, ya que no es solo el elegido para salvar a la humanidad, sino que llega a morir por ella. Esta serie de introducciones de elementos clásicos o antiguos dentro de los videojuegos de ciencia ficción, como podemos observar, no es algo extraño, sino casi habitual.
La introducción de estos elementos no empequeñecen el juego, sino todo lo contrario, lo elevan hacia otra categoría al incluir dentro de ellos contenidos relevantes que aportan madurez y reflexión a la trama. En muchos casos y en muchas ocasiones no nos llegamos a percatar de estas referencias, quizás, también, porque el creador no se percatara tampoco y la incluyera de una manera indirecta, como efecto de una educación en determinada cultura o sistema educativo, pero sin embargo están ahí y son estas las más interesantes, ya que añaden otra capa de información al videojuego como fuente, y es el conocimiento sobre el lugar y los creadores del juego.
Dentro de estas referencias indirectas del mundo clásico en videojuegos de ciencia ficción encontramos en un pequeño juego de la desarrolladora Wormwood y distribuido por la compañía Wadjet Eye Game, uno de los mejores y mayores ejemplos de esta inclusión de elementos, Primordia (íd.; Wormwood, 2012). En este título amparado bajo el género de la aventura gráfica clásica con interfaz “point & click” el jugador controla a un robot, Horacio, quien vive alejado del mundanal ruido junto a otro robot creado por él, Crispin. El mundo donde transcurre la aventura es la Tierra, pero despoblada por el ser humano y contenedora únicamente de robots, ahora dueños del mundo y únicos habitantes de este. El título comienza cuando de manera misteriosa el núcleo de energía de Horacio desaparece y con él toda esperanza de seguir viviendo de manera independiente. Para encontrar la pieza que da sentido a su vida comienza una aventura que le llevará a Metropol, la capital más cercana.
El título, creado a mano mediante la técnica del pixelismo, presenta muchos aspectos destacables, como por ejemplo su historia, sin embargo en la vena de esta entrada queremos destacar un pequeño hecho. Dentro de la habitación de Horacio se encuentra un libro, el Gospel de la Palabra, que encierra una historia realmente bella, el mito de la creación del robot. Este mito:
In the beginning, all was still and silente. Then, Man the All-Builder spoke the Word, and the Word begat the Code, and so the world began to spin. Thus dawned the Primordium, the first age of building.
Man moved across the world and built many wonders. In the heavens he paved the sky roads, on the land he raised mystic towers, and in the dark depths he dug colosal caves. Most incredible of all were the many machines designed by Man. But still the All-Builder was not satisfied.
So, with both his hands, Man built a body of steel in his own image. And with his right hand he gave Logic, and Memory he gave with his left. Then Man said, «Now, I will quicken this machine with the spark of Power, and together we shall walk upom the Earth.» And it was done.
Thus spun the world, and grew the Code, and multiplied the living machines, and slowly passed the Primordium. Who can count the versions and generations that marked that age?
In time, the All-Builder looked upon the many things he had built, the sky roads and mighty towers, and above all upon the living machines. Weary with his labor, Man sat himself beside the robots and said unto them, «For you, my children, I spoke the Word and fired the engine of the world. For you I wrote the Code, and to you I gave Logic and Memory.»
The Man the All-Builder stood and took the machines in his hands, and guided them to a great mountaintop. Together the looked upon the world in its beauty. «All this was made for you, and now unto you all this is given. Keep it, tend it, and it flourish.» And the All-Builder fell silent and passed from the world, and so ended the Primordium.
We are lesser machines, built by those built by Man. As we are but humble images of the All-Builder, so he is the perfection of our forms: a machine of unbreakable form, endless memory, and absolute logic. For this we revere him and speak the Word, and keep the Code, and the the world he gave to us.
La narración del comienzo de la vida del robot y del abandono del hombre de la Tierra está contada con increíble belleza, siguiendo un modelo clásico que se ha repetido cientos de veces en la Historia de la humanidad. Uno de los tipos de mitos más antiguos creados por el hombre es sin duda el mito de la creación. La necesidad de dar una respuesta a la pregunta ¿De dónde venimos? Fue extraordinariamente poderosa en el pasado y por tanto toda cultura y todo pueblo crearon una explicación mitológica para responderla. Sin embargo todas ellas, o al menos las más conocidas, coincidieron en ciertos aspectos comunes que también presenta esta narración de la creación en Primordia.
El primer aspecto común que presentan es la de la figura creadora, en el cristianismo se encuentra Dios, en el mundo grecolatino todo comienza con el Caos Primordial (de donde se desprende el título del videojuego), un profundo vacío de donde emergen fuerzas creadoras, en este caso Gea, en el caso de Primordia, el Hombre o el Creador de Todo. Este mismo esquema, el Caos Primordial y el surgimiento de fuerzas creadoras se repite en muchos otros mitos, como por ejemplo el mesopotámico, donde afirman que el universo apareció por primera vez cuando Nammu, un abismo sin forma se abrió a sí mismo y auto-procreó a An o el judaico, donde se afirma que Dios creó el Universo de entre la nada. Por tanto la primera referencia está más que completa, la aparición de un ser creador de la Nada y como esta divinidad crea a partir de sí misma todo lo conocido.
Una vez creado el Universo y la Tierra los mitos comienzan a centrarse en la creación de hombre, en el caso del título de Wormwood la creación del robot. Este aspecto es realmente interesante y justificaría de por sí todas estas líneas, como el juego elimina la figura de ser creador mitológico y la sustituye por el hombre, siendo este el Dios creador que le insufla vida al robot y lo crea a su imagen y semejanza otorgándole los mismos elementos que según la tradición católica dio Dios al hombre, como por ejemplo el libre albedrío. Por tanto la inclusión de hombre como ente creador divino que crea al robot a su imagen y semejanza para que este sea su heredero en la Tierra es realmente interesante y copia a la perfección los relatos del Génesis dedicados a la Creación.
Con respecto a la creación del hombre, los mitos clásicos y antiguos como por ejemplo el sumerio nos habla del origen de la humanidad como servidores de los dioses, aspecto que se trasplanta a Primordia, donde son los robots los sirvientes de los hombres, aunque más tarde abandonen ese patrón. En la Grecia clásica existen diferentes clases de mitos, aunque casi todos aparecen siguiendo el mismo esquema, la aparición del hombre como servidor o como creación de los dioses, aspecto que vuelve a repetirse en la aventura gráfica. Aunque el mito griego que más se ajusta a la creación del robot en Primordia es sin duda el mito de Prometeo.
En este mito griego es Prometeo quien crea de la arcilla una figura a su imagen y semejanza y la llena de cualidades buenas, pero también malas. Y una vez hecho esto le insufla vida, que es exactamente lo que ocurre en el texto de Primordia. Este mito o leyenda es recogida por el Génesis, quien otorga a Yahweh la acción de la creación a su imagen y semejanza insuflando de nuevo todo tipo de cualidades, buenas o malas, a su creación, mismo aspecto que aparece en el título y mismo aspecto que aparece en el mito de Prometeo.
En definitiva, las referencias al mundo clásico y antiguo que realizan los videojuegos es cada vez mayor. Estas no son solo hechas desde el punto de vista directo y evidente, sino que muchas de ellas se realizan de manera indirecta, creadas a partir del subconsciente del creador, empapado en su propia cultura. En el caso que nos ocupa Primordia está empapado de la cultura grecolatina que fue absorbida por el cristianismo, religión que rigió la vida diaria occidental durante más de milenio y medio, aspecto que sin duda deja una huella indeleble en nuestras consciencias y que escapa de ellas a través de referencias en obras culturales como es el caso de Primordia y el origen del hombre y la Tierra.