Jugar a Little Nightmares (2017, Tarsier Studios) es como si te despertaras en una casa que no conoces y tienes que ir mear en medio de la noche. Fuera hay tormenta, se ha ido la luz y tienes que recorrer un pasillo larguísimo para llegar al lavabo. Un pasillo que no se acaba y en el que, al final, parece haber una sombra, y…
Little Nightmares convierte al hype en su bitch
Bueno, creo que ya te habrás hecho a la idea. Little Nightmare demuestra que la Realidad Virtual no es el único camino a explorar para madurar el género del Terror/Suspense en los videojuegos. Pocas veces me han consultado tanto por mis sensaciones con un videojuego que no esté disponible en el mercado y al que haya podido jugar como con Little Nightmares. Este título indie ha llamado la atención al personal, pero muchos se hacían esa pregunta tan legítima: ¿iba a sobrevivir a su hype? La respuesta, al menos la mía, es sencilla: sí, Little Nightmares merece la pena. Y mucho, además.
Es difícil describir lo que estoy sintiendo al moverme entre las pantallas de Little Nightmares controlando al protagonista esgrimiendo un mechero como única defensa ante la inhóspita ambientación. Una ambientación magistral, que consigue agobiarte pero también seducirte enfermizamente para que no decaiga tu curiosidad en seguir avanzando por los niveles y descubrir qué cajones está pasando y qué es ese extraño símbolo con forma de ojo que intenta acabar contigo. Un sorprendente juego que, en cualquier caso, tiene un regusto familiar.
Una gran escuela
A nivel de referencias es bastante fácil señalar a Limbo o a Inside (aquí el análisis de Mau) como títulos similares en concepción, enfoque y diseño. También Unravel, ese maravilloso plataformas. Pero Little Nightmares tiene su propia personalidad. Para empezar cuenta con escenarios con profundidad, a diferencia de los juegos anteriormente mencionados. Aunque en ocasiones resulta algo confuso, sobre todo para ajustar los saltos o alcanzar determinadas plataformas, permite situaciones imposibles de otra forma, como jugar al gato y al ratón con los enemigos.
Hay que destacar que Little Nightmares consigue algo complicado: que los puzles sean protagonistas, pero no los únicos, evitando que el jugador sienta que cada nuevo paso le vaya a conducir a un reto a resolver. Las pruebas/reto están ahí evidentemente, pero no son el grueso de la interacción. Ese peso lo comparte con el plataformeo.
Visualmente está cuidadísimo. Animaciones, efectos de luz, diseños de los personajes, diseño sonoro… Little Nightmares solo tiene de pequeño el Little de su título y el precio de su genial Edición Coleccionista, que incluye figura y banda sonora. Sí, su duración no parece ser excesivamente larga, pero la experiencia está tan cuidada que asumir que se podrían ofrecer las mismas sensaciones con 5/10 horas más de juego no me parece realista.
No lo dejes escapar
Para mi es evidente que los suecos de Tarsier Studios, con el apoyo de Bandai Namco, han creado un videojuego, más allá de cualquier comparación con títulos similares, memorable, de esos que hay que intentar encontrar tiempo para jugar, aunque cada vez sea más difícil. A poco que te gustara la estética de Limbo y/o Inside o la propuesta jugable de ambos y otros como Unravel, este Little Nightmares te va a gustar. Y un consejo, que nunca está de más a pesar de lo obvio: cuanto menos leas y menos vídeos veas de este juego, mucho mejor.