Tras mucho tiempo de bombardeo publicitario por parte de la distribuidora WBIE y los múltiples creadores del juego, llegó por fin Juliet, animadora del Instituto Romero y probablemente, la matazombis más zumbada del planeta en Lollipop Chainsaw.
A través de los divertidos vídeos promocionales, trailers, teasers, etc., hemos ido viendo la divertida identidad del juego y lo que prometía. En ese aspecto, Lollipop Chainsaw no defrauda ni un ápice y es fácilmente descifrable la paternidad de Goichi Suda (Suda 51 para los amigos) en todo lo que rodea a este título.
Decía que el juego no defrauda. Es de los juegos más bizarros, divertidos y sin sentido que hemos encontrado en los últimos meses dentro del mercado mainstream, pero que no esconde un verdadero machacabotones sobre raíles de los de toda la vida, bastante asequible en dificultad y mecánicas. Por tanto lo que le hace fuerte es toda la envoltura alrededor del mismo. Desde la propia Juliet y su cruzada por vengar la zombificación de su novio Nick – decapitación y conjuro de por medio incluidos – el día de su 18 cumpleaños, gracias a la experiencia familiar en el asunto de aniquilar no-muertos, hasta toda la mofa a lo que es la cultura de instituto norteamericana con sus animadoras de pompones, capitanes de equipos de fútbol, amargados compañeros de los que se ríe todo el mundo y familias disfuncionales.
Para ello no se duda de dotar de una pizca sexy -la animadora y sus ropajes- con cantidades industriales de sangre, material edulcorado de comedias románticas, colorines a saco y un sentido del humor descacharrante. Tanto Juliet, como sus hermanas, la cabeza de su Nick enganchada a su trasero o los propios enemigos, no paran de parlotear y soltar frases lapidarias o protagonizar situaciones cómicas, desmadradas y/o exageradas hasta el punto de la carcajada. Y para ello hay múltiples ejemplos: las llamadas telefónicas a través de la motosierra, cuando Nick conoce al padre de la niña y hay un divertido y picante «dialogo de lenguas» con el que no paras de reír, cuando el propio Nick se cansa de estar en el trasero de Juliet y quiere que lo abandone, Rosalind, la hermana pequeña, que tiene como cerebro un sonajero, o el pseudo maestro Sensei que no para de mirarle el trasero a la animadora. Bueno, pues los hay mejores. No es cuestión de desvelar todas las gracietas, eso si, todas en un perfecto inglés subtitulado a castellano.
Es un juego exagerado en todos sus puntos, como el de cierta bruja cabronaza, pero el juego no puede basarse por completo en esta divertida ambientación general, porque al fin y al cabo lo que importa es la diversión que proporciona a la hora de probarlo. Y ahí es quizás donde baja el nivel un poco este Lollipop Chainsaw, por diferentes motivos. El primero quizás sea la corta duración del mismo. En el nivel normal, te puedes pasar el juego fácilmente en una tarde sin problemas, debido a que nunca mueres «del todo». Como siempre puedes reiniciar el juego desde el último punto de guardado automático, pues no tienes porqué empezar desde el comienzo y por tanto, solo con darle a «continuar», avanzas sin problema en la historia.
Además de esto, solo tenemos el prólogo y 6 niveles más, lo que se antoja escaso. Es cierto que toda la ambientación está muy conseguida. El instituto Romero – si, el nombre es por el director de La noche de los Muertos Vivientes, que menos -, la granja, los niveles de la ciudad… quizás el que más flojea sea precisamente el del edificio dedicado a los videojuegos, pero todos tienen su personalidad y se amoldan al jefe final y la música reinante en ellos. Pero son muy pocos y su duración es la justa, ya que tampoco son excesivamente largos.
Para ello, se complemente el juego con otras cosas, como por ejemplo dos niveles de dificultad extra por encima del normal, el último de ellos solo aparece cuando acabas el juego en dificultad alta. En estos niveles, el número de chupachups – la forma en que Juliet recupera niveles de vida- son menores y los enemigos aparecen en diferentes lugares. También está el tema de las tablas de récords, tanto offline -con las puntuaciones de papá y tus hermanas para ser vencidos – o bien online contra los que hayan jugado el título, alargan un poco más la vida del mismo, al igual que intentar desbloquear todos los trajes de Juliet, cuadros, personajes a vencer en el juego y canciones, etc. Todo esto como mínimo, te hará re-jugarlo un par de veces más para ponerte en prueba a ti mismo, pero quizás hubiese sido mejor alargar la historia del juego, aunque me gusta el tema de que tengas que currártelo para encontrar todo.
Los enemigos que vamos encontrando a lo largo de los niveles, son fáciles de vencer. Atacan en pequeños grupos y de vez en cuando encontraremos alguno más duro, bien por ser más gordo, por tener cinturones explosivos, disparar balas o por no haber podido rescatar a algún pobre superviviente a tiempo, lo cual lo hará más peligroso. Además y al contrario por ejemplo de juegos como Bayonetta, no tienes todos los combos básicos disponibles desde el principio, sino que tendrás que ir desbloqueándolos en las tiendas que hay a lo largo de los niveles y gastar así las medallas que recogemos con la aniquilación continua de zombis. Allí encontraremos también, además de los nuevos combos, chupachups, balas para la sierra-escopeta y distintos ítems que aumentan la velocidad, ataque y resistencia de Juliet, así como los ítems musicales, los nuevos vestidos para nuestra animadora, etc.
Sin embargo, el no tener desde el principio los combos, también va en contra de la mecánica del juego, ya que abusas de los esquemas que aprendiste al principio del juego para derrotar a los zombies (pompones para protegerte y aturdir al contrario, sierra normal o baja para atacar, salto para esquivar y ataque multicolor cuando llenamos la barra), y luego te es complicado usar los nuevos, aunque sean más potentes, salvo en situaciones ya delicadas. Quizás en este punto, el tema de los combos debería haber estado disponible desde el principio, siempre y cuando los niveles hubiesen sido más largos claro, porque si encima de que son cortos, ponemos el asunto más fácil… Eso sin contar que la motosierra nos la van mejorando automáticamente según superamos el nivel, pasando a tener múltiples funciones como la de escopeta con auto-mira.
También, para romper la «rutina matazombis», vamos encontrando diferentes minijuegos a lo largo de los niveles. Desde el basket-zombi, donde tendremos que cercenar las suficientes cabezas en dirección a la canasta, evitando tapones y antes de que se acabe el juego, hasta el béisbol-zombie a escopetazo limpio, eliminar hordas de zombis con una cosechadora o la fase completa de los videojuegos, donde nos insertan dentro de pac-mans, arkanoids y otros típicos juegos para que no estemos todo el rato sacudiendo «mamporros pasilleros». Además, tendremos también momentos de QTE’s, bien para escapar de autobuses o edificios que se nos vienen encima, bien para ir saltando por encima de zombies y conseguir más puntos.
Todos estos momentos están bien, pero en ocasiones y pese a que se nota mucho que no quieren cortar el ritmo del juego de manera excesiva, acaban por hacerlo y más de uno me ha sobrado, aunque otros son realmente entretenidos.
En cuanto a los jefes finales de cada nivel, tampoco son demasiado complicados. Como siempre, solo hay que aprender las rutinas de ataque de cada uno y esperar a los dos o tres intentos que tendremos para eliminarlos por completo con los habituales QTE’s finales. Salvo el «jefe final» -una especie de mezcla entre Elvis acabado zombificado y el muñeco gigante Marshmallow de los Cazafantasmas- solo requieren paciencia. Eso si, una vez más, están perfectamente diseñados y cuando te enfrentas por primera vez a ellos, desde el punk histérico que no deja de gritar, pasando por la «fumeta sesentera» o el DJ popero que se ha comido un vocoder, no puedes dejar de reírte en las presentaciones y «fatalities» que les realizarás a cada uno.
Así pues, Lollipop Chainsaw es una divertida propuesta que todo el mundo debería probar, aunque solo sea por reír con el entretenidísimo guión del juego, el diseño de personajes y enemigos, la ambientación de niveles y la fantástica banda sonora. Por el contrario, le pesa un poco su poca ambición a la hora de hacer la historia más larga y algunas mecánicas de juego en si, que no molestan a la hora de jugar en ningún momento, pero si le restan puntos frente a otros grandes del género, como cierta bruja japonesa o cierto calvo cabreado que todos conocemos. Aun así, muy recomendable. [80]