Criaturicas, cantando alegres tonadas que esconden un siniestro fondo ante la atenta mirada de las furibundas cámaras de vídeo de sus padres dispuestos a catapultar a sus retoños al estrellato de YouTube (como Chechu y sus derrapes). No, no son los niños cantores de Viena ni de los Hispalis ni los hijos secretos de Los Del Río. Es el coro del colegio Gifford (creo que está a unos 5000 kms. de Alcorcón) cantando Still Alive, la canción que amenizaba el final original de Portal.