Aunque en el caso del cuadro que vais a ver en el siguiente vídeo no hace faltan tácticas de segundo grado para convertirlo en uno de los más visitados del mundo, cuántos Dureros permanecen escondidos en un rincón de una galería de arte sin que nadie les preste atención. Esto podría solventarse incrementando la interactividad que proponen las obras de arte y ofreciendo mayor interacción entre artista y público. Es decir, convertirlos en videojuegos.