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Microanálisis: BlackSite

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No sé cuantos juegos llevo ya analizados este otoño que en cuanto te pones a jugar piensas “es que no está terminado”; de todos ellos BlackSite es sin duda el que más avanzado estaba en el proceso, pero se ha quedado en esa tarea de depuración y ajustes que permiten que disfrutemos jugando, que no sea previsible, que el número de enemigos y de combates sea el adecuado, que las pausas en la acción sean las correctas en número y duración… en definitiva, que te dé la sensación de que estás ante algo único que merece la pena ser disfrutado.

La falta de depuración es muy evidente en cómo se trastabilla la historia en muchos momentos, sin explicar los sucesos de una forma consecuente, o las secuencias “eliminadas” como el tránsito automático cuando montamos en un jeep y el cómo han subido nuestros compañeros en él si estaban a 50 metros de distancia, en la pésima elección de los puntos de guardado automático, en los momentos que parece que va a haber una batalla de las buenas pero no pasa absolutamente nada, en los enemigos finales que se finiquitan de un disparo…

BlackSite tiene un motor gráfico sólido y robusto, capaz de ofrecer sin mayores problemas escenarios amplios y abiertos, aunque carezcan del más mínimo indicio de imaginación. Se asenta en el Unreal Engine (al igual que Stranglehold o Bioshock) y han sabido usarlo, lo que no es tan sencillo como puede parecer. La calidad de las texturas, el volumen de los objetos y personajes, algunos elementos de los escenarios que son destructibles o la recreación facial que muestra muy buen nivel (a pesar de lo exagerado de la iluminación en los entornos) y, sin embargo, nos quedamos con la terrible sensación de que podía haber sido un juego maravilloso que se ha quedado en un quiero, estoy casi a punto, pero no puedo.

Podríamos echarle en cara que su duración es demasiado corta o que el argumento es totalmente banal, pero podríamos contaros lo mismo del 90 % del catálogo de cualquier consola actual. También se podría decir que no tiene una pizca de imaginación ni originalidad, ni una brizna de acierto en el poco afotunado diseño artístico, con reminiscencias a nombres como Soldier of Fortune unido a películas de bélicas ambientadas en parajes desérticos, pero es que la mayor parte de first person shooters que puedas comprar en una tienda tampoco son referencias en ninguno de esos aspectos.

El mayor problema, aparte de la falta de depuración, reside en su planteamiento que intenta clarísimamente evocar los mejores momentos de Half-Life 2, remezclado con unas gotas de Halo, pero sin olvidarnos de los Call of Duty o Rainbow Six cuando damos órdenes a nuestros aliados (aunque con una sola orden disponible) y luchamos contra humanos. Hay un momento, al final del primer nivel, en el que te empiezan a atacar una especie de alienígenas paticortos que son una referencia tan clara a la saga de Valve que dices, por favor; pero cuando ya lo ves explotar lo único que te viene a la cabeza son los flood.

La conducción de vehículos es otra imitación de las aventuras del Jefe Maestro, incluso con un esquema de control calcado, aunque no tan bien aplicado en cuanto a la física y sobre todo, la acción. Otros enemigos son reminiscencias evidentes de los “poseídos” de Half Life con unos toques ala Resistance. BlackSite es un espejo en el que se pretendía reflejar lo mejor de cada juego de acción en primera persona pero que por sus carencias se queda en un vano intento.

Si además de manejar mejor el diseño de la acción (cuando habrá batallas, dónde, con qué duración) y la inteligencia artificial en los combates; si se hubiera explicado un poquito mejor la historia, porque la aparición de la fuerza extraterrestre está muy mal resuelta, si no hubiera tantos momentos en los que vamos con un vehículo sin nada que hacer, si hubieran creado unos “final bosses” y unos alienígenas que de verdad dieran miedo y no poner un bazoca al lado de cada uno de ellos para que nos los carguemos de un disparo, habría sido un juegazo. Lo repito: UN JUEGAZO.

Sin embargo una vez más nos quedamos con las ganas de ver en qué se podría haber convertido dentro de seis meses. Personalmente os recomendaría alquilarlo, porque los aspectos negativos sean demasiado evidentes y su falta de imaginación palpable, en líneas generales es un juego medianamente entretenido y que se deja jugar; además, sus seis niveles se hacen bastante cortos y el multijugador está dentro de la convencionalidad, por lo que no creemos que necesitéis mucho más.


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