Haciendo memoria, Dark Sector fue el primer título de nueva generación que se anunció y cuyas primeras imágenes y trailer hicieron volar la imaginación de los que soñábamos con las futuras consolas de videojuegos. En ese primer momento, la impresión fue de que veríamos un título a un nivel visual que ni por asomo imaginábamos. Sin embargo, ya han pasado dos años y medio desde el lanzamiento de Xbox 360 y lo que en su momento pareció asombroso, hoy día es lo normal. Dark Sector tendría que haber sido un título de lanzamiento de consola, de primera generación para que su impacto hubiese sido brutal, pero cuyo lanzamiento tiempo después de los Lost Planet, Army of Two, Gears of War y otros títulos de acción, le ha hecho perder en gran parte su vitalidad inicial.
Dark Sector es un título de acción bastante mejor de lo que puede deducirse por las reviews publicadas en los medios. El principal problema que se le puede achacar es que es un título que resulta muy corto y con muy poco valor rejugable, y que a diferencia de otros títulos similares que lo compensan con un multijugador a la altura, tienes unas opciones multiplayer que se resumen en únicamente dos modalidades de juego, Infección y Epidemia, además bastante descompensadas puesto que el equipo que controla al protagonista tiene casi todo a su favor.
Dark Sector bebe de la misma influencia que tantos otros han tomado: Gears of War y su sistema de cobertura. La historia de un virus que infecta al protagonista, quién busca la destrucción del mal y su particular venganza por haber sido transformado en un ser con la habilidad especial de lanzar una especie de frisbeecon cuchillas (llamado glaive) que siempre regresa a su antebrazo, es sólo una excusa para enfrentarnos sin apenas tregua a hordas de militares, monstruos infectados y espectaculares jefes finales. También hay lugar para la exploración y para la resolución de un número limitado puzzles usando para ello el glaive y su capacidad de adquirir temporalmente fuerzas elementales como fuego, hielo y electricidad, aunque posiblemente no se ha explotado lo suficiente. Y es una pena, porque la resolución de acertijos y apertura de nuevos caminos por esta vía es una de las apariciones más interesantes del juego.
Así la acción se desarrolla con la clásica mecánica avanzar-acabar con enemigos – resolver puzzle – acabar con enemigos – monstruo final. Afortunadamente la mecánica de combate es muy buena, aunque sin llegar a la calidad de Gears of War, y nos permite unos combates intensos y bastante más difíciles que en la mayoría de títulos de su estilo. Disponemos del glaive que es un arma espectacular y cuyo vuelo podemos controlar con una cámara que se sitúa tras él para que podamos dirigirlo efectivamente hacia los puntos débiles de los enemigos, pero también podemos usar distinta munición balística, granadas, un par de poderes especiales que descubriremos a lo largo del juego (no diré cuáles, prefiero que lo hagáis por vosotros mismos) y en alguna misión, de un todopoderoso vehículo de combate llamado Chacal.
Técnicamente tiene momentos muy buenos y cabría destacar el diseño de las zonas de combate que siempre ofrecen diversas opciones de cobertura y caminos abiertos para limpiar una zona de distintas formas. El diseño del protagonista es fantástico, aunque no así su recreación facial que es la peor de cuantos personajes se muestran en el juego. Sin embargo flojea en el diseño de algunos enemigos, léase los infectados que son demasiado evidentes, sin ocultar las influencias de Half-Life en primer lugar y Halo en segundo. También es muy mejorable la física (hacía tiempo que no veía un juego de este estilo sin ragdolls), muchas texturas en baja resolución y que en ciertos momentos, la superposición del plano-personaje y plano-escenario es muy clara y da el aspecto de que el motor gráfico está moviendo una ventana en la que se asoma una persona. Lo hacen todos los juegos, claro, pero en esta ocasión se aprecia más de lo debido.
Video análisis de IGN
Web oficial | Dark Sector