Grid es facilmente uno de los 2 mejores juegos de conducción que he jugado en los últimos 12 meses, junto al soberbio Gran Turismo 5 Prologue. Sus posibilidades jugables, su acabado y, sobre todo, su planteamiento que combina acertadamente una filosofía de simulador con un control tan ajustable como para convertirlo en un arcade más que asequible para todos los volantes.
Los 2 puntos más destacables y que confieren una personalidad propia a Grid están íntimamente relacionados: El primero es el motor de colisiones, que amenazará con dejar inutilizable vuestro bólido como os paséis de revoluciones en una curva, o como consecuencia de una conducción excesivamente alocada. El segundo es un más que curioso sistema de repeticiones activable en cualquier momento del juego y que os permitirá, en un número limitado de veces, el recuperar la acción instantáneamente desde cualquier punto de esas repeticiones. Eso en la práctica significa que si os estrelláis podréis rebobinar la acción y recuperar la carrera a partir de un punto anterior al estropicio.
Las partidas están estructuradas en un formato que intenta replicar a una escudería que participa en el campeonato de marcas. Pruebas de toda índole, duración y dificultad serán el meollo de la cuestión, la forma en la que cosechar dinero y prestigio con el que avanzar en el modo monojugador.
Visualmente, a excepción del sistema de colisiones, no puede compararse a Gran Turismo 5 Prologue. La obra de Kazunori Yamauchi supera con mucha diferencia el modelado de vehículos del juego publicado por Atari y con un margen bastante menor en cuestión de escenarios. Sin compararlo con nadie, visualmente Grid es un juego más que notable, quizá únicamente superado por el juego de Polyphony Digital. En cuanto al sonido, intachable, con efectos sumamente realistas y encima totalmente doblado al castellano.
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