Microsoft sigue invirtiendo sus dólares en la tecnología que se supone que tiene que convertir a Kinect en la próxima revolución jugable. Su último movimiento (público), la adquisición de Canesta, una compañía que desarrolla tecnología de cámaras 3D. La relación entre esta compra y Kinect es evidente, pero lo primero que he pensado tras leer la noticia es que esta operación implicará una revisión de la tecnología del nuevo periférico para Xbox 360. Vamos, que la sensación de que Kinect estará desfasado desde su mismo lanzamiento crece por momentos. Y eso que el aparato de barato no tiene un pelo. ¿A qué juega Microsoft? Pues yo diría que a algo muy parecido a lo que hizo con la primera Xbox: Conseguir el mercado a base de millones y millones. ¿Sacrificará Kinect 1 en beneficio de Kinect 2? Si es así, que me avisen. Por favor (más que nada para ahorrarme unos duros).